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El amarre de la flota coloca a España en una posición precaria frente a la CEE

Soledad Gallego-Díaz

Las conversaciones hispano-comunitarias para la renegociación del tratado de pesca con el Mercado Común se reanudan mañana, en Bruselas, en un clima de firmeza por parte de los comunitarios, y de acuciante necesidad de llegar a un acuerdo por parte de los españoles. Los negociadores españoles jugaron -y perdieron- una «última carta en el Consejo de Ministros comunitario, celebrado el pasado día 27 de enero, y deben negociar ahora con la presión que supone el haberse visto obligados a «sacar» nuestros pesqueros de las aguas de los diez.

La sesión de mañana no terminará, previsiblemente, en ningún acuerdo, puesto que España rechazó ya la última oferta comunitaria y la Comisión Europea debe esperar hasta el próximo día 10 a un nuevo Consejo de Ministros para intentar aproximar algo las posturas. La delegación española se verá obligada, probablemente, a «negociar en el aire» con los expertos comunitarios, con la esperanza de que el día 10 se llegue a un acuerdo. interno en la CEE y la comisión logre un nuevo mandato «algo más aceptable que el actual».La delegación española ha mantenido hasta ahora que no podía aceptar ninguna reducción en las cuotas y número de licencias mientras que los diez no hubieran fijado su propia política pesquera. La última reunión del Consejo de Ministros de Pesca de la Comunidad Económica Europea terminó, como era previsible, sin ningún acuerdo. Dado que España no había modificado su postura ni ofrecido alternativas -cosa que sorprendió sobremanera a la CEE, según fuentes francesas-, los diez se limitaron a ignorar el tema, lo que implicaba obligar a los pesqueros españoles a abandonar las aguas comunitarias a las doce de la noche del pasado día 31, como se hizo.

La posibilidad de una nueva prórroga había sido desechada en la reunión previa del Comité de Representantes Permanentes (Correper), ante la tajante oposición de Francia, Gran Bretaña e Irlanda. La «carta» que jugaban los negociadores españoles perdió, en unos momentos además en los que fracasaban también los intentos de llegar a acuerdos con Portugal y Marruecos.

La posición comunitaria, según las fuentes consultadas por el PAIS, no ha cambiado en lo fundamental. Los expertos de la comisión volverán mañana a ofrecer 95 licencias para la pesca de altura y 8.000 toneladas de merluza, contra las 168 licencias y 11.870 toneladas que rigieron en 1980. Los españoles seguirán rechazándola, pero posiblemente sugieran ya alguna alternativa, de forma que, si el Consejo de Ministros comunitario del día 10 termina con éxito, los diez, informados de la «alternativa española», den un nuevo mandato a la comisión, que permita renegociar inmediatamente con España. En el mejor de los casos, sin embargo, los barcos españoles no podrían volver a las aguas comunitarias antes de que se resolvieran todos los trámites burocráticos, es decir, no antes de siete días, después de firmado el acuerdo hispano-co.munitario.

Prórroga del acuerdo con Portugal

El actual convenio pesquero hispano-portugués, que concluyó el pasado día 31 de enero, ha sido prorrogado hasta el 28 de febrero, según se confirmó a Efe en la Subsecretaría de Pesca, del Ministerio de Agricultura.

En este sentido, la administración pesquera ha enviado un telegrama a la Asociación de Armadores de Y igo, en el que se notifica dicha prórroga y el propósito de alertar a los buques vigueses que faenan en aguas portuguesas para que continúen sus labores en los estados caladeros.

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