Los socialistas insisten en que no haya soluciones precipitadas a la crisis de Gobierno

Representantes de la dirección del PSOE mantienen contactos con otros sectores, tanto para seguir de cerca la batalla política como a efectos de continuar la campaña de explicación sobre sus posibilidades de formar Gobierno. Todos los parlamentarios socialistas recibieron ayer nuevas instrucciones, en el sentido de que eviten declaraciones particulares y de que el partido hable con una sola voz. La hipótesis de trabajo que maneja la dirección se fundamenta en que la ruptura de UCD puede provocar el encargo al PSOE para resolver la crisis, así como en insistir en que ésta no debe tener soluciones precipitadas.

El telegrama enviado ayer a los parlamentarios del PSOE es el segundo en veinticuatro horas. En el mismo, Alfonso Guerra, vicesecretario del partido y portavoz socialista en el Congreso, les recuerda los puntos estratégicos adoptados por la ejecutiva -negativa a elecciones anticipadas, máximo esfuerzo para salir de la crisis, no precipitarse en la solución de la misma, infundir confianza a los ciudadanos sobre el hecho de que el líder socialista es la verdadera alternativa- y añade: «Vuelvo a insistir en la conveniencia de abstenerse de hacer declaraciones al respecto».Otras instrucciones a las organizaciones del partido socialista, en el sentido de mantenerse alerta, fueron enviadas igualmente el día anterior. Por el momento, todos los sectores del PSOE están respetando estas indicaciones, y la totalidad de las fuentes consultadas se niegan a efectuar cualquier valoración no estrictamente privada.

"Inversión" para el futuro

La opinión general en los medios socialistas es que la única posibilidad auténtica de que prospere la oferta de Felipe González para por un estallido de UCD, y también hay coincidencia casi general en que la crisis del partido centrista no sólo da racionalidad política a la actitud del secretario general, sino que constituye una inversión de cara a unas futuras elecciones, ya que siempre podrá decirse que el PSOE se ofreció a resolver una situación grave en el momento en que Adolfo Suárez acababa de tirar la toalla, y sin explicar por qué lo hacía. Asimismo, los socialistas tratan de forzar una segunda ronda de consultas del Rey antes de la solución definitiva.Paralelamente, se observa también una preocupación creciente en las filas socialistas por el grado de intervención de la Iglesia en esta crisis. Durante la jornada de ayer se detectó una visible preocupación en la sede central del PSOE por este tema, ya que puede alejar cualquier posibilidad de entendimiento con el sector democristiano -incluso con el que procede de organizaciones democráticas de la época de la dictadura- y dibuja una peligrosa radicalización de posiciones en torno al divorcio y la enseñanza, entre otros temas.

Durante la mañana de ayer permaneció reunida, informalmente, la ejecutiva socialista, analizando las últimas noticias y los contactos efectuadas con dirigentes políticos y miembros de distintos sectores, todos ellos en forma muy discreta.

Ningún dirigente socialista arriesga, por el momento, la fórmula que permitiría el Gobierno de amplia base anunciado por Felipe González como posible solución, pero se admite, como hipótesis más probable, que tendría que fundamentarse en el apoyo de los parlamentarios del PCE, de una parte de UCD (los socialdemócratas cuentan con alrededor de veinte diputados) y de la problemática situación de las minorías nacionalistas.

Fuentes solventes se inclinan a pensar que un eventual Gobierno formado en torno al PSOE no podría apoyarse en una amalgama de fuerzas autonomistas, sino en un programa que, sin perjuicio de respetar la construcción del Estado de las autonomías, ponga «un poco de orden» en esa cuestión y atienda más a otros problemas especialmente urgentes en el país, como la situación económica.