Los "críticos" insisten en que no apoyarán a Calvo Sotelo mientras no rompa el "cerco de la Moncloa"
Dirigentes del sector crítico de UCD desplegaron ayer una intensa actividad de consultas con el fin de fijar una estrategia con la que hacer frente a la situación creada por la designación de Leopoldo Calvo Sotelo como candidato centrista a la Presidencia del Gobierno, al que todavía no consideran merecedor de su apoyo. Landelino Lavilla permanece a cierta distancia de su sector por aconsejarlo así su condición de presidente de las Cortes y por las obligaciones del cargo.
Un activo representante de los críticos manifestó que, aunque todavía se encontraban valorando la situación, se podía adelantar que hasta la noche de ayer aún no se había logrado una aproximación de este sector a Leopoldo Calvo Sotelo, a quien consideran prisionero de un pacto cerrado con el actual equipo gubernamental.La salida de la crisis ideada por Adolfo Suárez con el apoyo de varios de sus ministros está hecha, según los críticos, sobre la base, inaceptable para ellos, de mantener casi en su totalidad a los miembros del Gobierno actual y con la perspectiva de una vuelta de Suárez como líder centrista en una próxima consulta electoral. En la medida en que Leopoldo Calvo Sotelo no se avenga a romper el cerco del que los críticos le creen prisionero, éstos amenazan con no prestarle su apoyo.
De nuevo ayer se volvió a insistir en que sin una negociación previa, que lógicamente pasa por el programa de Gobierno y por el reparto de carteras (al parecer, piden la exclusión del Gobierno del democristiano Iñigo Cavero, Leopoldo Calvo Sotelo se enfrenta con el riesgo de que varios diputados de su propio partido no le voten en la sesión de investidura. Preguntado sobre el riesgo que esto entrañaba de dar paso a una fórmula de Gobierno articulada en torno al PSOE, un líder del sector democristiano señaló que no creía en una salida de este tipo.
«En estos momentos», añadió la fuente, «el fracaso de la fórmula Leopoldo Calvo Sotelo, de llegar a hacerse inviable, no sería más que el fracaso del candidato de un sector del partido centrista, porque no ha sido propuesto por el Rey al presidente del Congreso».
La valoración que de este fracaso hacen críticos y oficialistas es distinta. Mientras para aquéllos después de Calvo Sotelo habría que buscar otras fórmulas dentro de UCD, para los oficialistas el fracaso del candidato actual a lo que daría paso sería a nuevas elecciones generales.
Ante esta situación -que un cualificado miembro del aparato centrista calificaba de chantaje-, los críticos confían en que Leopoldo Calvo Sotelo inicie de inmediato un acercamiento hacia ellos, máxime cuando el candidato desearía poder llegar al congreso de Palma después de que el Rey le haya propuesto como candidato a la Presidencia del Gobierno. Esto tendría, sin lugar a dudas, consecuencias muy favorables para el candidato ante los compromisarlos centristas, pero no va a ser posible como el acuerdo entre las partes no se formalice antes del martes, fecha en que el Rey iniciará su visita oficial al País Vasco.
Fuentes allegadas a Leopoldo Calvo Sotelo afirmaban ayer tarde que éste no habría contraído compromiso alguno para la formación de Gobierno y que si había aceptado esta responsabilidad en unas circunstancias tan poco favorables era desde una perspectiva de unidad. Si Calvo Sotelo se muestra reticente a aceptar la presidencia del partido es, según sus allegados, precisamente para contribuir a la unidad del partido.
Por el contrario, los críticos entienden que la renuncia de Calvo Sotelo a la presidencia centrista forma parte del reparto de poder pactado desde la Moncloa. Pío Cabanillas, Martín Villa y Juan Antonio Ortega (democristiano) se repartirían junto a Fernando Abril las responsabilidades máximas del partido, mientras para Adolfo Suárez se le está pensando una plataforma que mantenga vivas sus expectativas electorales. En concreto, esta plataforma podría ser la presidencia honoraria del partido.
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