El Rey propondrá el candidato cuando estén culminados los pactos políticos
Las consultas del Rey con los representantes de los grupos políticos del arco parlamentario, que prosiguen hoy, no concluirán hasta después del II Congreso de Unión de Centro Democrático (UCD), o en todo caso, parece seguro que la propuesta de don Juan Carlos no se producirá hasta entonces, según fuentes responsables. Se abre camino, frente: a las posibilidades manejadas el viernes por la Mesa del Congreso de los Diputados, la tesis de dilucidar los problemas políticos intrapartidarios y parlamentarios previamente a la propuesta real. La Zarzuela no desea un Gobierno transitorio, sino con capacidad de afrontar los problemas del país.La tesis favorable a que el Monarca propusiera el candidato, tras la primera tanda de consultas, que concluye hoy o mañana, es atribuida a la influencia de los críticos de UCD, que deseaban forzar un acuerdo de Leopoldo Calvo Sotelo con el Grupo Parlamentario Centrista que preside Miguel Herrero. Fuentes oficialistas quisieron ver, en la decisión de la Mesa de la Cámara, de dejar un período de tiempo suficiente entre la propuesta y la sesión de investidura, «para que el candidato realizara las gestiones políticas precisas», un intento de obligar a Leopoldo Calvo Sotelo a echarse en brazos del aparato del grupo parlamentario.
Las fuentes citadas resaltan la presencia en la Mesa del Congreso de cuatro destacados miembros del sector crítico, encabezados por el presidente, Landelino Lavilla, y ocupando la vicepresidencia primera y las secretarías primera y tercera (Modesto Fraile, Víctor Carrascal y Soledad Becerril, respectivamente). Aunque Landelino Lavilla insiste en la función institucional que como presidente de la Cámara le corresponde, y a pesar de que el sector crítico acepta la conveniencia de apartarle de la contienda política en estos momentos, lo cierto es que el contacto de Lavilla con sus amigos políticos continúa siendo frecuente. Una persona muy allegada al presidente del Congreso manifestó ayer a EL PAIS que el protagonismo político de Lavilla sólo está en estado letárgico «hasta que se acerque el II Congreso de UCD».
La decisión de convocar el congreso centrista trasladará a él la dialéctica previa a la sesión parlamentaria de investidura. Fernando Abril, Rafael Arias-Salgado y Jalme Lamo de Espinosa han iniciado una corriente nucleada sobre el capital político de Adolfo Suárez. Mientras tanto, los distintos sectores no pierden de vista que serán los votos de los diputados los que sentarán en la Moncloa al candidato a la Presidencia del Gobierno. Luis Gámir, Arias Salgado y otros socialdemócratas han iniciado contactos con los demás diputados centristas cara a la votación de investidura, y algunos de ellos han pedido por carta a Miguel Herrero que dimita como presidente del grupo.
Por su parte, el sector crítico no descuida el grupo parlamentario, aunque no desconoce que la batalla principal se desarrollará en Palma de Mallorca, en donde sería posible un golpe de mano de los oficialistas que modificara los estatutos de UCD de modo que quedara asegurada la disciplina del grupo respecto a la dirección del partido. Diputados y senadores de este sector estaban convocados anoche a una cena en el hotel Agumar, y durante todo el día Miguel Herrero, Ignacio Camuñas, Oscar Alzaga y otros importantes críticos planearon la estrategia a seguir. Fuentes críticas manifestaron a EL PAIS que Miguel Herrero sería llamado por el Rey en la tarde de ayer, como presidente del Grupo Parlamentario Centrista, pero en la Zarzuela negaron que estuviera prevista esta visita.
Entre las distintas fracciones del Grupo Parlamentario Centrista se aceptaba ayer como mal menor la candidatura de Leopoldo Calvo Sotelo, pero todas ellas contaban para su definitiva aceptación con la obtención de cuotas de poder en el Gobierno y en el programa. Los cristianoliberales desean avanzar y ocupar carteras claves en el Ejecutivo, mientras que los socialdemócratas denuncian la operación de gran derecha que puede esconderse detrás de Calvo Sotelo, y se negaban a retroceder posiciones. Francisco Fernández Ordóñez declaró a EL PAIS que rechazaría toda clase de guiños políticos que se le pretendieran hacer, como ofertas de la cartera de Asuntos Exteriores o la vicepresidencia económica. «No iré al nuevo Gobierno si no es al Ministerio de Justicia, para defender la ley de Divorcio en su planteamiento actual. No acepto ni la presidencia de Estados Unidos», dijo.
Sobre la base de que el candidato a presidente del Gobierno será de UCD -«Felipe González no puede reunir los votos suficientes», declaró ayer un ministro, reflejando la opinión más generalizada-, el juego parlamentario puede producir un alineamiento de fuerzas que, junto a los 165 votos centristas, agrupe los nueve de la Minoría Catalana o de Coalición Democrática y cuatro del Grupo Mixto (Clavero, Molíns, Aizpún y Gómez de las Roces), lo que superaría la barrera de los 176 votos necesarios en primera votación en la segunda, basta la mayoría simple). Los siete votos del PNV podrían completar una mayoria más holgada, si el planteamiento autonómico del candidato lo permitiera.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.