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Madrid, un atentado constante contra el bienestar corporal

«No se puede decir que Madrid sea una ciudad propicia y propensa a ciertos tipos de enfermedades», afirma Luis Valenciano, director general de Salud Pública, del Ministerio de Sanidad. «Pero la vida que llevamos en esta ciudad no es la mejor desde el punto de vista de promoción de la salud. Porque las circunstancias humanas de Madrid atentan constantemente contra el bienestar corporal».Las aglomeraciones en locales cerrados, en transportes públicos, en las aceras; el contacto con la gente, favorecen el contagio de ciertas enfermedades. Por ejemplo, la gripe, que llega en forma de epidemia, no es que ataque a cientos de personas simultáneamente, sino que ataca a una, y ésta la propaga en el lugar de trabajo, en la familia, en el colegio y hasta en el Metro.

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El tema de la nutrición es grave, según las autoridades sanitarias. Los madrileños se alimentan mal en cuanto a calidad y cantidad. Las distancias motivan las comidas fuera de casa, el consumo de «platos rápidos», que no se sabe de qué están hechos; la aparición de gérmenes tóxicos en comedores colectivos, la ingestión precipitada y las molestias digestivas. Se abusa de las grasas, que se van acumulando por falta de ejercicio físico. La obesidad, el anquilosameinto de los músculos, son frecuentes entre los madrileños.

Madrid es una ciudad sucia; las calles están llenas de papeles y desperdicios que los transeúntes o los automovilistas arrojan al suelo. Las normas de limpieza de los locales públicos dejan mucho que desear. «El piso de los bares, algunos muy caros, está cubierto de residuos», dice el doctor Valenciano. «Nadie repara en lo perjudicial que es porque estamos acostumbrados a verlo así siempre».

Por último, hay que hacer mención a una cuestión espinosa: la depuración de las aguas. No se trata del suministro de agua potable de Madrid (aunque también haya engendrado conflictos recientemente), sino de la eliminación de las aguas residuales. Estas han de ser depuradas antes de que lleguen a cauces lindantes con terrenos habitados y con huertas del extrarradio. Pero actualmente la operación de saneamiento de las aguas es muy imperfecta, según técnicos sanitarios, porque la infraestructura no es la adecuada a las dimensiones de la gran ciudad, cuesta mucho dinero modernizarla y las entidades oficiales aducen no tenerlo.

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