Los inviernos se han suavizado en España desde principios de siglo
La preocupación por un cambio global del clima sigue siendo motivo de discusión en círculos científicos de todo el mundo, entre otras cosas, a causa de la posible irreversibilidad del proceso, según se ha puesto, de manifiesto en reiteradas ocasiones a través de portavoces de la Organización Meteorológica Mundial. Dentro de esta línea, Ignacio Martínez Molina, director del programa del Instituto Nacional de Meteorología, ha elaborado recientemente un trabajo referido a heladas en España, del que se extraen, a nivel comparativo con otros realizados anteriormente, conclusiones interesantes.
Ignacio Martínez Molina declaró a EL PAÍS que, prescindiendo de la zona central de la cordillera pirenaica, en la Península hay unos polos de frío (zonas de máximo número de heladas) que se encuentran en el Mulhacén, en la sierra de Alcaraz, en el triángulo Molina-Teruel-Cuenca, en el Sistema Central, con un máximo relativo en la zona del puerto de Navacerrada y en la zona de Reinosa.Comparando este estudio con otros anteriores, como el realizado por el meteorólogo Biel para el período 1901-1950, se pone de manifiesto que los polos de frío antes citados han visto disminuir el número de días de helada en una cantidad importante. Por ejemplo, en la sierra de Alcaraz existía un máximo de cien días (actualmente sólo cuarenta). Igual sucede para Granada, con cien (treinta en la actualidad), León, con cien (75), y Lérida, entre cincuenta y sesenta (veinte y cuarenta). Según Martínez Molina, estos datos pueden ser indicadores de un ligero calentamiento de toda la atmósfera peninsular, por lo menos hasta una altura de mil metros, ya que en altitudes superiores las cifras no han variado apreciablemente. Por otra parte, señaló como posibles causas de este ligero calentamiento en la época fría el aumento del calor liberado por las calefacciones e industrias, la forestación y el aumento de las superficies dedicadas al cultivo de especies herbáceas (que originan de forma continuada un aporte de vapor de agua a la atmósfera) y, finalmente, el notable aumento en el número de embalses, que hacen la labor de termostatos en extensas zonas del territorio peninsular.
El calentamiento de la atmósfera que parece deducirse del estudio es comparable al que parece haberse observado en otros puntos del hemisferio norte del planeta. Actualmente, el mundo científico se encuentra dividido sobre la continuidad o no de este proceso en los próximos decenios, sin que los argumentos a favor de un previsible calentamiento a causa del aumento del anhídrido carbónico hayan podido desbancar a los argumentos a favor del enfriamiento futuro, a causa de la menor transparencia del aire por la contaminación. En todo caso, los climatólogos de todo el mundo parecen de acuerdo en apreciar en los últimos años un descenso de las temperaturas medias en el planeta, aunque no excesivamente significativo por ahora.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.