Ultimátum iraní a Estados Unidos

Bezhad Rabavi, principal negociador iraní en el tema de los rehenes, dio ayer hasta hoy, viernes, a Washington para transferir los haberes iraníes congelados en Estados Unidos a un banco central de un país tercero.En una declaración retransmitida anoche por Radio Teherán, el portavoz del Gobierno iraní añadió que si Estados Unidos no cumple este requisito antes de que finalice el horario comercial del viernes, las condiciones iranies para conceder la liberación de los rehenes cambiarán radicalmente.

Rabavi -citado por la emisora afirmó que «el Gobierno iraní no está dispuesto a reestudiar de nuevo lo que ha sido acordado durante los últimos setenta días», tal vez haciendo una velada referencia a la postura de Reagan de partir de «cero en las conversaciones».

Rabavi dijo, citado por Radio Teherán: «Hace más de siete días que el Gobierno iraní ha dado su respuesta positiva y definitiva y ha aceptado la totalidad de las propuestas formuladas por Argelia. Lo que quedaba por hacer era únicamente hallar un campo de entendimiento entre los bancos estadounidenses y el central iraní, con vistas a la transferencia de los activos embargados a Irán al banco central de un tercer país».

La respuesta definitiva de Teherán a las últimas propuestas norteamericanas para conseguir la liberación de los 52 rehenes antes del 20 de enero (fecha en que el presidente Jimmy Carter abandonará la Casa Blanca) llegó ayer a manos del secretario de Estado adjunto, Warren Christopher, quien se encuentra en Argel, informa Manuel Ostos desde la capital argelina.

Reserva norteamericana

Durante la jornada de ayer, Carter mantuvo varias reuniones con sus colaboradores para examinar la respuesta iraní.En Washington, un portavoz del Departamento de Estado calificó la respuesta como fundamental, pero no pudo adelantar si «permitirá a las partes resolver sus divergencias», adelantando que merece un «estudio profundo».

Aunque todo hace suponer que el final del largo cautiverio está cercano, oficiosamente se afirma en Argelia (país mediador en el conflicto) que, aunque se llegue a un acuerdo, problemas técnicos impedirán la liberación inmediata de los rehenes.