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La República Federal de Alemania, a punto de vender carros de combate a Arabia Saudí

El camino para la venta de carros de combate alemanes del modelo Leopard II, los más modernos con que cuenta hoy la OTAN, a Arabia Saudí, se ha allanado considerablemente -al afirmar el ministro de Asuntos Exteriores de la RFA, Hans Dietrich Genscher, que dicho país no está situado en una zona de tensión o, al menos, no es beligerante.El tema se trata apasionadamente desde hace un par de semanas en los medios políticos de la RFA, porque se le relaciona inevitablemente con otta operación discutida: la venta de dos submarinos a Chile. La Democracia Cristiana, en la oposición, no objeta nada a esta segunda operación y pide que Bonn exija a Arabia Saudí garantías de que en ningún caso entrara en conflicto armado con Israel, como condición para cerrar la operación de venta de carros de combate del tipo Leopard II, sin duda alguna, según los alemanes, el mejor tanque que se produce hoy.

El canciller Helmut Schmidt ha prometido a su partido, el SPD, que se revisará, a mitad de este mes, el compromiso de venta de los dos submarinos al Chile de Pinochet: los socialdemócratas han presionado masivamente sobre el jefe del Gobierno apelando a convicciones elementales. En el caso de Arabia Saudí, el silencio de la crítica ha sido la tónica general. Arabia Saudí suministra a la RFA el 29% del petróleo que consume Alemania Occidental.

En Israel, la Prensa ha atacado duramente el contrato, recordando que, «por segunda vez en este siglo», armas alemanas «van a volver a apuntar contra el pueblo judío». Al margen de que Arabia Saudí pueda considerarse parte de una zona en tensión o no, queda el problema de «un conflicto entre ideología y negocio », según comentario de un periódico alemán.

El canciller Schmidt va conectando progresivamente, cada vez con mayor convencimiento, con las posiciones de liberales, democristianos y empresarios del ramo armamentista, en total unas treinta fábricas, establecidas en su mayoría en Baviera y Baden-Wuerttemberg. Según la Ley Fundamental (Constitución) y la ley sobre control de armas de 1961, el Gobierno ,es el responsable, a efectos permisivos, de la producción y venta de armamento.

Esta norma del Gobierno se ha reformado en la práctica durante los tres años últimos, por iniciativa, sobre todo, del ministro de Economía, conde Lambsdorff, del Partido Liberal, que ve en la industria armamentista una garantía de puestos de trabajo. En realidad, los 200.000 trabajadores incluidos en ella se encuentran, en buena medida, amenazados por reajustes de plantillas, como ocurre en el conjunto del sector del metal.

El derrocamiento del sha, que había pedido a la RFA seis submarinos cuando su país era ya el primer destinatario de las armas alemanas entre todos los clientes de Oriente Próximo, dejó a la industria de armamento de la RFA sin un cliente solvente. Egipto, segundo receptor, no lo es ya. Arabia Saudí es por ello una excelente opción para colocar un carro de combate que, en su versión más moderna, solamente han encargado en firme, hasta ahora, el propio Ejército alemán y el holandés. La operación de venta, que ya parece segura, a pesar de la oposición de algunos medios informativos, se incluye en un contexto de acercamiento de la RFA al mundo árabe, manifestado claramente con las visitas de Helmut Schmidt a Marruecos y del ministro de Asuntos Exteriores, Genscher, a Argelia, esta misma semana.

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