CEOE: menor conflictividad
La firma del acuerdo-marco interconfederal, suscrito en enero del pasado año por CEOE, UGT y USO, es un acontecimiento histórico en el campo de las relaciones laborales de este país. Las consecuencias de su aplicación en la negociación colectiva de 1980 han permitido racionalizar dicha negociación y reducir de modo sensible la conflictividad laboral. La inmensa mayoría de los convenios colectivos firmados en 1981 lo han sido bajo las directrices del AMI.Respecto de la conflictividad laboral, las consecuencias del AMI no han podido ser más positivas. La conflictividad, en los ocho primeros meses del pasado año, y con respecto al mismo período de 1979, ha descendido casi un 60%. Ello ha supuesto que, mientras en el año 1979 se perdieron más de 127.822.006 horas de trabajo por causa de las huelgas, en el año 1980, y como resultado del AMI, el número de horas perdidas por conflictos se redujo a 51.587.631.
No sólo disminuyó este concepto, sino que, tanto el número total de conflictos (258 en 1979 frente a 975 en 1980) como el de trabajadores implicados (4.097.030, en 1979, frente a 1.398.085, en 1980, también se han reducido sensiblemente. Del 22 % al -66 %.
Pero si importantes han sido las consecuencias que pueden demostrarse con cifras, tanto o más lo ha sido el que el AMI, por primera vez, ha plasmado de forma práctica la autonomía de las partes en la negociación y fijación de criterios que les competen. Trabajadores y empresarios, representados por sus organizaciones respectivas, se sentaron en la mesa negociadora con libertad y demostrada responsabilidad para lograr un acuerdo del que nadie, que no sea desde posiciones interesadas o demagógicas, puede negar su beneficiosa aplicación.
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