Una persona, muerta de un disparo en el atraco a un banco de Bilbao
Un empleado de una empresa especializada en cajas fuertes, Valeriano Olabarría Campillo, resultó muerto ayer por la mañana en una sucursal de la Caja de Ahorros de Vizcaya, en el barrio bilbaíno de Zurbarán, al ser alcanzado por uno de los disparos hechos por dos atracadores que se llevaron de la entidad un botín de algo más de 700.000 pesetas.
Según los testimonios recogidos -y aunque existen algunos datos imprecisos-, parece que el hecho se produjo hacia las 10.10 horas de ayer, en la sucursal que la Caja de Ahorros de Vizcaya tiene en la plaza del Músico Guridi, en el mencionado barrio. A esa hora irrumpieron en el local dos atracadores encapuchados que vestían cazadoras negras y empuñaban escopetas de cañones recortados. «¡Esto es un atraco. Todo el mundo al suelo! », gritaron, al tiempo que se acercaban hacia las ventanillas de cobro amenazando a los tres empleados, a los que a gritos exigieron «todo el dinero».«Es inverosímil la forma en que todo se ha producido», afirmaba un empleado de la sucursal, que explicó que «los jóvenes estaban muy nerviosos», y que «sin que se produjera resistencia de ningún tipo ni movimientos raros por parte nuestra o de los diez o doce clientes que se encontraban tumbados en el suelo, uno de los atracadores hizo un disparo, creo que fortuito, no sé, cuando recogía el dinero». El disparo hizo impacto en el mostrador.
Nerviosismo de los atracadores
En torno al segundo disparo, que hirió de muerte a Valeriano Olabarría, hay algunas dudas, aunque la versión más verosímil recogida entre algunos de los testigos indica que se produjo seguido del primero y fue hecho por el otro atracador que, presa del nerviosismo (parece que gritaban continuamente «queremos más dinero», al comprobar que el botín no era elevado), habría reaccionado instintivamente apretando también el gatillo de su escopeta.
Esta versión parece corroborada por una cliente que se encontraba junto a la víctima, que afirma que escuchó dos disparos y que, de reojo, vio cómo un señor que estaba tumbado junto a ella sangraba abundantemente -llegando incluso a mancharla- por el costado. Valeriano Olabarría había sido alcanzado por el impacto en la espalda, junto al costado izquierdo. Su muerte debió ser instantánea.
Los dos atracadores, tras abandonar precipitadamente la entidad bancaria, con un botín de 720.000 pesetas, parece que huyeron del lugar en un vehículo Citroën GS de color rojo, matrícula BI-8333-L, en el que les esperaba un compañero. El vehículo, que había sido robado en Guecho (Vizcaya), fue encontrado minutos después por la policía a escasa distancia del lugar de los hechos.
Se da la circunstancia de que la víctima no era cliente de la entidad bancaria, a la que había acudido, en su calidad de empleado de la empresa Arcas Zubicaray, para efectuar una periódica revisión de las cajas fuertes, equipadas con sistema de apertura retardada. Valeriano Olabarría Campillo, que ingresó cadáver en el hospital de Bilbao, había nacido en Galdames (Vizcaya) hace 58 años y residía en Bilbao.
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