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General Gabeiras: "El Ejército no sueña con dictaduras, pero defenderá la unidad de España"

La afirmación hecha por el teniente general Gabeiras, jefe del Estado Mayor del Ejército, de que «el Ejército no sueña con imposiciones ni dictaduras, pero está irrevocablemente dispuesto a cumplir con su misión, perfectamente definida en la Constitución, que se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española», es la más valorada por los observadores de todos los discursos pronunciados en la víspera de la Pascua Militar.

Con intervalos de una hora, el ministro de Defensa presidió ayer tres actos análogos en cada uno de los cuarteles generales del Aire, la Armada y el Ejército, donde los respectivos jefes de Estado Mayor resumieron las actividades desarrolladas durante el año anterior, le hicieron llegar sus problemas o preocupaciones más importantes y los propósitos y objetivos para el año que empieza.

Nuevos aviones de combate

El jefe del Estado Mayor del Aire, teniente general Emiliano Alfaro Arregui, destacó en su balance la terminación de la nueva orgánica de la Aviación, que, perfilando las líneas de mando, operatividad y apoyo, permitirá conseguir la funcionalidad del sistema y el óptimo rendimiento de las unidades.Luego, repasó la situación en que se encuentran los distintos programas. El del futuro avión de combate (FACA) sobre el que deberá recaer una decisión definitiva antes del próximo mayo; el del Mirage F-1 , en el que ha comenzado la entrega de aviones; el del Casa-101, que finalizará dentro de 1981; el del VSAR (vigilancia y salvamento aéreo), cuya potenciación con aviones y helicópteros biturbina estimó necesaria con la adquisición de nuevos modelos; el del Modar (Modernización del Armamento Aéreo), en el que se trata de que la industria nacional tenga la máxima participación.

También se refirió a los programas Pobas (Potenciación de Bases), para adaptarlas al nuevo despliegue y aumento de material aéreo; al Fatam (futuro avión de transporte medio) y al Combat Grande II, con el que se pretende modernizar el sistema de mando, control y comunicaciones de la defensa aérea antes de 1983.

El general Alfaro mencionó las actividades de tipo operativo llevadas a cabo por el Ejército del Aire, con intervención directa en numerosos ejercicios y maniobras, y contabilizó más de 120.000 horas de vuelo realizadas en 1980 (10.000 más que el año anterior), distribuidas en misiones de toda índole.

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La intervención del jefe del Estado Mayor del Aire concluyó re saltando que la aviación es muy cara, que los avances tecnológicos son abrumadores, e insistió en que pretender la superioridad y el control sobre el espacio aéreo supone considerar en conciencia el precio de su logro.

En el Cuartel General de la Armada, el almirante Arévalo Pelluz afirmó que el ritmo de sustitución de los barcos viejos por otros modernos y más eficaces no es el apropiado y el que todos quisiéramos y, por tanto, decrece la efectividad de la fuerza naval.

El almirante pasó revista a la marcha de la segunda fase del pro grama naval y destacó: la entrega de la corbeta Infanta Cristina, que culminó la construcción de las cuatro corbetas de la primera serie; el progreso en la construcción de los submarinos de la serie S-70; del casco del portaaeronaves, de las tres fragatas FFG y la segunda se rie de corbetas, la primera de las cuales -la Cazadora- se entregará en diciembre de 1981.

Al destacar con satisfacción el grado de nacionalización alcanza do en la construcción de las corbetas que ha llegado al 75%, y en los submarinos de la serie S-70, que se estima alcanzará un 50%, el almirante Arévalo precisó que comisiones formadas por personal de la Armada e industriales españoles han continuado contactos con países extranjeros de los que se es peran resultados prometedores.

El jefe del Estado Mayor de la Armada calificó de muy avanzada la ejecución del Plan de Construcciones Complementarias relativas a una serie de unidades del tren naval, totalmente nacionales, compuesta por petroleras, aljibes, remolcadores y otras embarcaciones auxiliares, de las que este año se entregarán otras trece unidades.

En cuanto a los patrulleros, es timó que a lo largo de 1981 se entregarían a la Marina tres de 280 toneladas y cuatro de 85 toneladas. También destacó el almirante la entrega de los cuatro últimos patrulleros de vigilancia de costa, que completan la serie de veinte, y la adquisición en Estados Unidos de los nuevos transportes de ataque Castilla y Aragón, con lo que mejora la capacidad anfibia.

En su cómputo de actividades en el campo operativo, el almirante Arévalo contabilizó 31 ejercicios para adiestramiento colectivo de la fuerza naval y un total de ejercicios combinados con las marinas de EE UU, Francia, Reino Unido, Alemania e Italia. Mencionó además 116 ejercicios de defensa aérea con la colaboración del Ejército del Aire, en beneficio de la fuerza naval, y otras colaboraciones prestadas a los Ejércitos de Tierra y Aire, así como la intervención en quince operaciones de auxilio y salvamento en el mar, en las que participaron veintidós buques.

Entre las actividades de la Marina destacó el esfuerzo desarrollado en la vigilancia de costa y pesca, y en especial, la relativa al banco canario-sahariano, en la que participaron trece buques, que alcanzaron la cifra de 1.380 días de mar. La flotilla de submarinos totalizó 8.360 horas de inmersión, y el porcentaje de operatividad de las unidades que componen la flotilla de aeronaves ha sido del 74%, con un total de 9.300 horas de vuelo.

El almirante Arévalo declaró motivo de grave preocupación el alza constante del precio de los combustibles, y afirmó que de poco serviría gastar grandes sumas de dinero en adquirir buques modernos, si después no disponemos del combustible necesario para que éstos desarrollen la actividad operativa imprescindible para su eficacia.

Las pretensiones del Ejército

En contraste con el laconismo de las intervenciones de sus homólogos del Aire y de la Armada, el jefe del Estado Mayor del Ejército, teniente general Gabeiras, añadió al balance técnico una serie de consideraciones políticas en las que han reparado los observadores.El general Gabeiras fue el único en mencionar el terrorismo para rendir homenaje a los compañeros asesinados por los enemigos de España. Reconoció que el mando necesita una crítica constructiva para conseguir la meta de modernizar y poner al día el Ejército, y afirmó que el Ejército sólo pretende sostener y defender su prestigio, inspirar amor a la nación, lealtad al Rey, subordinación al Gobierno, cariño al pueblo y respeto disuasorio a sus posibles enemigos.

El jefe del Estado Mayor afirmó que el Ejército no tiene ningún mártir partidista porque sus caídos lo son por la Patria, a la que nos entregamos, ni de política menuda, y sí un peso específico democrático, del que, dijo, «deseo hacer ostentación». «No dejaremos que nadie utilice nuestra noble actitud como instrumento, y a nadie daremos opción a que nos identifique con sus propios intereses o nos excite a protagonismos inoportunos, siempre por debajo de nuestras altas misiones, que nosotros hemos convertido en ideales», dijo Gabeiras.

En la solución de los problemas orgánicos, funcionales y económicos estriba, según Gabeiras, la firme cimentación de un potencial militar, sin el cual no hay defeensa nacional posible ni política exterior consecuente. La intervención del general incluyó también un llamamiento a la unidad.

En el capítulo de realizaciones mencionó la modificación del despliegue de las unidades en las regiones militares; la creación del voluntariado especial para puestos tácticos en unidades operativas; las nuevas bases de helicópteros en Valencia, Ciudad Real y Sevilla; los programas del carro AMX-30; la revisión del Plan Estratégico Conjunto, y las 78 intervenciones con motivo de incendios, accidentes, inundaciones, rescates en los que participaron más de 8.000 hombres y 900 vehículos terrestres y 12 helicópteros, sufriendo en estos actos 7 muertos y 28 heridos. También señaló la participación del Ejército en las misiones de ayuda a Nicaragua, Guinea 3, Argelia en los momentos difíciles por los que han atravesado.

Las palabras del ministro

El ministro de Defensa, Agustín Rodríguez Sahagún, acudió a los tres cuarteles generales para presidir cada uno de los actos, acompañado por el teniente general Ignacio Alfaro Arregui, presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, primer eslabón de la cadena de mando militar conjunto de las Fuerzas Armadas.Las intervenciones fueron breves y estuvieron cortadas por un mismo patrón. Menudearon las referencias al Informe general 1/80 (véase EL PAIS de 3 de enero.) y se advirtió el esfuerzo por no adeIantar los temas del discurso que hoy le corresponde pronunciar en la recepción que el Rey ofrece a los tres ejércitos en el palacio Real.

Rodríguez Sahagún eligió un tono técnico para referirse a los proyectos inmediatos y a las realizaciones del año. Entre los primeros destacó la ley pendiente de aprobación por el Congreso de los Diputados sobre la creación de la reserva activa, y aseguró que se pondrá en vigor de forma gradual y con respeto a los derechos adquiridos.

El ministro reconoció los problemas económicos y aseguró que la nueva ley de modernización de las Fuerzas Armadas, que entrará en vigor a finales de 1982, posibilitará su solución. En sus tres intervenciones exhortó al sentido de la responsabilidad y de entrega al servicio de España en torno al Rey. Luego, en cada cuartel general, se sirvió una copa a los asistentes al acto y el titular de Defensa departió con ellos.

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