Una solución provisional y de compromiso

A juzgar por lo que se ha adelantado sobre el contenido del proyecto, parece que se ha optado por una solución de compromiso, de alcance muy limitado y parcial y de duración forzosamente provisional.Como solución de compromiso, es de temer que no satisfaga a ninguno de los intereses en juego. Ni colma las ambiciones expresadas por el Banco de España ni las de las instituciones financieras partidarias o contrarias a la liberación ni la de los empresarios.

Por su carácter parcial y limitado no va seguido ni acompañado de una liberalización total de la actividad económica, y dentro del sistema financiero hay aspectos muy importantes que no se han clarificado en el proyecto. Parece importante subrayar en ese sentido la indefinición de las reglas de juego institucionales. La liberalización no consiste sólo en decretar la libertad de los tipos de interés. Hay que definir cuál es el papel futuro de la autoridad monetaria; el régimen de creación de instituciones y activos financieros; el papel y el sentido del mercado monetario en nuestro sistema financiero, etcétera. Pero, sobre todo, no queda claro en absoluto el futuro de los circuitos privilegiados de financiación y el sistema de financiación del sector público.

Hay que reconocer que el proyecto es un paso adelante en la liberalización del sistema financiero y que resuelve algunos problemas no despreciables: la fijación de tipos de interés básicos o de referencias; una mayor transparencia del sistema financiero; la determinación de la verdadera naturaleza y alcance de las comisiones bancarias; algunos aspectos de los certificados de depósitos, etcétera. Pero como se trata de un paso tímido, más o menos tarde, se necesitará otro paso más en el camino liberalizador, por lo que este proyecto es, otra vez, provisional, y veremos repetirse los problemas de estas decisiones, que no acaban de concluir una liberalización que se presenta cada día con más claridad, como absolutamente necesario.