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Varios muertos y pérdidas económicas incalculables por los temporales que asolan las costas levantinas

Dos personas muertas -un súbdito alemán y otro danés-, dos pescadores alicantinos desaparecidos, a los que no se confía encontrar con vida, y varios heridos, uno de ellos de gravedad, es el balance humano del temporal que ha arrasado la Península Ibérica y las islas Baleares durante el pasado fin de semana. La zona más afectada fue el litoral levantino, donde se vieron olas de hasta nueve metros de altura, se rompieron diques y varias carreteras quedaron incomunicadas. Varias zonas de la playa de San Juan, en Alicante, desaparecieron bajo las aguas. Las pérdidas materiales son incalculables, pese a que aún están sin evaluar.

Los cadáveres encontrados, ambos en Alicante, corresponden al súbdito alemán Hans Ceurg Treges, de 53 años, que apareció flotando en Altea con traje de buceador. El otro cuerpo, rescatado en Campello, era del noruego Tryque Aalen, de 63 años, al que arrastró el mar cuando pretendía amarrar una barca, según informó nuestra corresponsal Informaciones de agencia barajaron también otro nombre: George Karl Gustav, alemán, de 54 años, muerto también en Altea al intentar amarrar su embarcación.En Tabarca, una pequeña isla situada frente a Santa Pola, un helicóptero del Ejército rescató a Bautista Pianello Varón, de 34 años, que resultó herido al romperse la amarra de una embarcación. Trasladado a la Residencia Sanitaria de Alicante, se le apreció un fuerte golpe en la región lumbar y rotura de varias costillas y algunas vértebras de la columna. Su estado era ayer satisfactorio, salvo complicaciones. En esta misma isla, de alrededor de trescientos habitantes, se registraron varias personas heridas también, aunque de menor importancia.

Aunque el azote más fuerte se produjo el domingo, ayer lunes proseguía el vendaval. Las playas de San Juan y Campello desaparecieron prácticamente cubiertas por el mar y por las tierras y rocas lanzadas por las olas, de una altura desconocida en la zona. Los diques de contención quedaron destrozados cuando, como en el caso de Campello, se estaban todavía arreglando los desperfectos causados por otro temporal de menor intensidad que hubo el año pasado. Los establecimientos de primera línea de la playa quedaron totalmente inundados y en algunas urbanizaciones de la Albufereta, en Alicante, resultaron destrozadas las carreteras de acceso y anegados garajes e instalaciones deportivas. En el hotel Adoc, de la Albufereta, hubo que desconectar toda la corriente eléctrica, por lo que el establecimiento quedó sin luz, teléfono y calefacción.

Las nevadas fueron tan fuertes en el interior de la provincia, que permanecieron cortadas las carreteras que llevan a Alcoy por Guadalest, Ibi y Jijona, aunque esta última quedó abierta ayer tarde.

Jaime Millás, corresponsal de EL PAIS en Valencia, informó que el viento alcanzó en la zona velocidades de hasta 150 kilómetros por hora, mientras las olas atravesaban de parte a parte los paseos marítimos de las poblaciones costeras. Los viejos pescadores no recuerdan nada igual en los últimos treinta años.

Frente a la playa de Pinedo quedó encallado el pequeño buque Navacerrada, matrícula de Bilbao, de la empresa Intersea, que cubre la línea Tarragona-Argelia con transporte de mercancías. El barco, que quedó paralizado en la arena, llevaba cuatro hospitales portátiles para los damnificados en el terremoto de Argelia. Mientras, enormes olas inundaban los campos de arroz y marjales que ocupan el litoral hasta Perelló. Agua y salitre han destruido las cosechas e inutilizado los campos por lo menos para los dos próximos años. La Corporación de Valencia, de donde depende Pinedo como Ayuntamiento pedáneo, había aprobado en abril un proyecto para asegurar la escollera, ante los avisos de los vecinos, que veían inseguros sus casas y sus campos en caso de temporal. Ayer mismo, la comisión permanente del Ayuntamiento adoptaba medidas urgen tes para solventar los graves daños ocasionados a los agricultores arroceros.

En el puerto de Valencia, numerosos barcos cancelaron su salida por el mal tiempo. Otros llegaron con grandes retrasos, como el Ciudad de Tenerife, procedente de Palma de Mallorca, en el que se registraron daños en varios coches, y algunos pasajeros sufrieron lesiones.

Las zonas más afectadas por el temporal en la provincia de Murcia fueron el cabo de Palos y la Manga del Mar Menor, donde el oleaje llegó a hacer que el agua se introdujera en numerosos edificios próximos a la playa y produjese daños en embarcaciones, según nuestro corresponsal Manuel Muñoz. El cabo de Palos permaneció sin luz eléctrica desde las diez de la mañana de ayer. Algunas carreteras de la Manga quedaron invadidas por las aguas.

Los daños causados en la agricultura por el viento han afectado especíalmente a los cítricos en el término municipal de Totana y en zonas de la huerta de Murcia. Los vientos partieron las ramas de los árboles y arrancaron de cuajo muchos de ellos.

Ayer seguía el fuerte temporal de viento desatado días antes sobre las islas Baleares, donde la isla de Formentera se encuentra incomunicada desde el sábado, según informó Efe. Las olas alcanzaron en el archipiélago más de nueve metros de altura. Doce barcos de gran tonelaje, que nevegaban por aguas cercanas a Mallorca, se refugiaron en la bahía de Palma, donde se encuentran fondeados. Entre ellos hay un transatlántico y un barco de guerra francés. El servicio marítimo entre las islas y la Península se encuentra interrumpido desde el domingo. El «canguro» de la compañía Ibarra, procedente de Barcelona, con sus pasajeros a bordo, llegó el domingo al puerto de Palma con dieciséis horas de retraso, tras permanecer fondeado toda la noche y la mañana en la bahía. Los «canguros» de la Trasmediterránea procedentes de Valencia y Barcelona entraron con cuatro horas de demora y con la ayuda de remolcadores. La carretera de Pollensa a Andraitx continuaba cortada por la nieve en algunas zonas, y en otras por desprendimientos de rocas y árboles.

Las costas melillenses sufrían también ayer un fortísimo temporal de Levante, con una fuerza que se considera como el de mayor magnitud desde el año 1949. La ciudad se encontraba prácticamente a oscuras, ya que únicamente funcionaban dos de las seis líneas que suministran energía eléctrica. Todas las comunicaciones con la Península quedaron suspendidas. El temporal destruyó gran parte de los muros de contención del nuevo paseo marítimo, produjo el hundimiento del pesquero Mina e hizo destrozos en casi un centenar de embarcaciones.

Cáceres también sufrió cortes en el suministro de electricidad, mientras que en León quedaba aislada la población montañosa de Caín, en la comarca de Valdeón, cerca de los Picos de Europa. Un equipo de rescate de protección civil tuvo que llevar donativos y juguetes a los niños damnificados.

A las 19.20 horas del domingo llegó a Madrid el tren expreso Santander-Madrld con casi veintiuna horas de retraso. También hubo averías en la emisora de Radiotelevisión Española de Navacerrada, lo que produjo cortes en las emisiones de televisión en zonas de Madrid, capital y provincias, y otros lugares de la zona centro peninsular.

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