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El libro didáctico invade el mundo de la literatura infantil

Los libros didácticos destinados al público infantil y juvenil han sido en este año que termina los auténticos protagonistas de la edición dirigida a este tipo de audiencia. A la cantidad de estos libros, tanto en su vertiente de texto como de imágenes, hay que añadir su calidad, que ha sido aceptada por críticos y pedagogos. Los números, las matemáticas, la integración de las formas, colores y sonidos, la educación cívico-social y un acercamiento a la naturaleza y a los animales han sido los temas más frecuentes de esta preocupación editorial por el mundo infantil.

Los libros que enseñan algo son muy numerosos, y la mayoría de las veces es difícil hacer una buena selección de éstos. Para hacerla habría que buscar en esos libros no sólo la transmisión de esos conocimientos, sino también que ello se haga con unos textos e ilustraciones que ofrezcan algo más que una simple transmisión didáctica.Los números son probablemente los primeros conceptos abstractos con los que se ha de enfrentar el chaval. Libros que le ayuden a comprenderlos hay muchos, y entre ellos podríamos destacar una publicación pop-up, de Editorial Montena, que, bajo el título Juguemos a contar, convierte el aprendizaje de este concepto en algo vivo y lúdico. Por otra parte, pocas veces se había publicado un libro de la profundidad y belleza del esperado 1, 2, 3, tantos... ¡aprendamos a contar!, de Mitsumasa Anno, editado por María di Mase, donde el autor parte, sólo con ilustraciones, de hechos y acontecimientos de la naturaleza y la vida cotidiana que probablemente en los orígenes de la Humanidad incitaron al hombre a empezar a contar los números.

Aprender a través del juego

Otros libros que ayuden a afianzar este concepto se pueden encontrar en los diversos títulos que ofrecen completas colecciones de fines didácticos y en- las que, además de afianzamiento y ampliación del vocabulario, se trata de que los pequeños aprendan a través del juego que ofrece estos libros todo sobre el sonido, las formas, colores, contrarios, espacio, tiempo, el propio cuerpo, medidas, cantidades, etcétera. Estos títulos están dirigidos a los pequeños en edad de prelectura o que empiezan a leer, y se pueden encontrar en las colecciones Sopa de Ajo, de Editorial La Galera, cuyo programa y texto están realizados por Angeles Ollé; la versión castellana es de Asunción Lissón, con ilustraciones de Carmen Solé, Fina Rifá y Pere Prats Sobrepere; la colección Mira, mira, mira bien, con textos de Nöelle Granger e ilustraciones de Tina Roig, de Editorial Juventud, la misma casa de publicaciones que ha editado la colección El libro de la fresa, recoge varios títulos de Richard Hefter.También para los pequeños hay muchos libros que les enseñan cosas elementales que desde la óptica del adulto no se considerarían libro de conocimientos, pero que son publicaciones de carácter didáctico, ya que muestran a los chavales el mundo al que se están abriendo, y cuyo funcionamiento tienen que comprender las diversas formas de funcionamiento. Estos libros enfocan a través de bellas ilustraciones y muy poco texto la vida cotidiana a la que a diario se tiene que enfrentar el pequeño, como puede ser la casa, la familia, el vestido, la comida, el entorno, el barrio, los amigos y un largo etcétera que le es introducido a través de libros como los de la colección Tom e Irene, de Editorial Juventud; Susana y Nicolás, de Editorial Plaza y Janés; Nuestro Barrio y Libros para mirar, ambas con texto de María Puncel e ilustraciones de Ulises Wensell y las colecciones de la serie roja y blanca de La Primera Biblioteca, todas ellas publicadas por Editorial Altea.

Educación cívico-social

También los chicos necesitan de libros bien enfocados para comprender aspectos que podríamos llamar de educación política cívico-social. La colección Libros para mañana, editada por La Gaya Ciencia y realizada por el Equipo Plantel, introduce a los chicos en lo que son la democracia, la dictadura, las clases sociales y el sexo. La Editorial Daimon ofrece cuatro interesantes títulos escritos por Eva Janikovsky e ilustrados por László Réber, sobre educación cívico-social, y son varios los textos que afrontan los problemas concernientes a los derechos humanos, tanto de la persona en general, como de la infancia en particular. Estos serían el libro Escucha, adulto: estos son nuestros derechos, escrito por chavales y publicado por Editorial Debate; Los derechos del niño, publicado por Nebrija, y la colección Los derechos del niño, que, bajo diez títulos, se explican estos diez derechos a través de cuentos ideados y escritos por José Luis García Sánchez y Miguel Angel Pacheco, todos ellos publicados por Editorial Altea, con profusión de ilustraciones.Introducir a los niños pequeños en el complicado mundo de la naturaleza es algo que el gran ilustrador Etienne Delessert y la bióloga Adrianne Soutter-Perrot saben hacer con eficacia en la colección de varios títulos publicada por María di Mase, El primer libro de la naturaleza.

Los animales y su relación, tanto con su medio como con el hombre, ha sido algo de lo que se ha preocupado especialmente y desde distintos enfoques la Editorial Altea, con tres recomendables colecciones que abordan este tema: Animales del mundo, libros escritos por Angela Sheehan. Colección Cómo vive, y la divertida serie del Zoo Fantástico, en la que José Luis García Sánchez y Pacheco, con bellas ilustraciones de Nella Bosnia, cuentan todo sobre los tigres, canguros, cocodrilos, jirafas...

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