El general Aramburu celebró la Navidad con los guardias civiles de Vizcaya

«La moral de nuestras fuerzas va subiendo paulatinamente en el País Vasco», dijo a Efe el director general de la Guardia Civil, general de división José Luis Aramburu, quien se trasladó ayer a Vizcaya para celebrar la Navidad con los guardias civiles y sus familias.«Puedo asegurar», subrayó, «que desde la última vez que estuve aquí, a principios de este mes, esa moral es todavía más alta».

Sobre el orden público en el País Vasco, el general Aramburu mostró su esperanza de que la situación se irá tranquilizando poco a poco. «El terrorismo», apuntó, «es una especie de sarampión. El que haya unos cuantos locos asesinos hace que la curación de esta enfermedad sea más lenta».

El director general de la Guardia Civil fue tajante respecto al carácter militar de este cuerpo. Y también estuvo rotundo al afirmar que la Guardia Civil no se marchará del País Vasco, «puesto que entre las atribuciones del Estado están aquellas en materia de seguridad en cuya salvaguarda actúan nuestras Fuerzas. Además, el País Vasco es una parte más de España».

Dijo también que la jornada de ayer había sido muy emotiva tanto para él como para sus acompañantes, pues les había permitido estar en contacto directo, en fecha tan entrañable, con «una parte de nuestra familia que atraviesa una situación especial y cargada de riesgo».

El general Aramburu llegó a Basauri, en las proximidades de Bilbao, a media mañana, en helicóptero y procedente de Madrid, acompañado por el jefe de los servicios de Estado Mayor de la Guardia Civil, general de brigada Rodríguez Toquero, entre otras personas. Fue recibido por el gobernador civil de Vizcaya, Juan José Izarra del Corral, así como por mandos del cuerpo en esta provincia, encabezados por el coronel jefe del Tercio, Bailo, y por el teniente coronel jefe de la Comandancia de Bilbao, Sánchez Hernández.

Seguidamente, el director general de la Guardia Civil y sus acompañantes se trasladaron a Marquina, donde visitaron el nuevo cuartel de la Guardia Civil, instalado en un chalé que perteneció a la fábrica de armas. El general Aramburu eligió Marquina, según sus propias palabras, porque en el verano último perdieron la vida en este pueblo vizcaíno cuatro guardias civiles, en atentado.

A continuación, la comitiva se dirigió al acuartelamiento de Amorebieta, donde el general Aramburu dialogó con los guardias civiles y sus familias, con los que compartió el almuerzo, finalizado el cual regresó a Madrid.