Fracaso
Con un porcentaje escandalosamente elevado de abstención -superior al 70%-, el resultado del referédum para la aprobación del Estatuto de Autonomía de Galicia ha sido un rotundo fracaso. Un fracaso tan notorio, tan evidente, que no admite ninguna explicación referida a la dispersión de los votantes en núcleos rurales, ni a la climatología ni a las deficiencias de la propaganda. El caso expuesto, con absoluta claridad, es muy sencillo: la absoluta mayoría del pueblo gallego no ha ido a votar, ha vuelto las espaldas a las urnas, se ha negado a participar en eljuego autonómico, no ha pedido el Estatuto y, por tanto, no se podía decir que lo apoya o que lo respalda.Esta es la verdad. Nada más que la verdad. Si los porcentajes de abstención en los casos precedentes del País Vasco y Cataluña fueron considerables, la abstención gallega ha sido arrolladora. Tan masiva que obliga a plantear -aunque la hipótesis sólo tenga interés teórico- un interrogante sobre la validez,de una consulta electoral, tan importante, a la que no acude más del 70% del censo. (...)
El dato es muy grave. Y suscita preocupaciones hondas. Obliga o impulsa a preguntarse hasta qué punto tiene raíces auténticas el autonomismo, hasta qué punto responde a una verdadera demanda nacional el llamado Estado de las autonomías. O hasta qué otro punto, por el contrario, es una creación articial, que sólo satisface al doctrinarismo de las minorías y que, conforme se van conociendo sus consecuencias, tiene menos partidarios cada día. (...)
23 de diciembre