El Papa lamenta la persistencia del terrorismo en España y otros países de Europa
En un largo discurso pronunciado ayer ante el colegio cardenalicio y la curia romana, reunida para felicitar las Navidades al Papa, Juan Pablo II lamentó la persistencia del terrorismo en España, Italia e Irlanda, al tiempo que anunció oficialmente su próximo viaje a Extremo Oriente, que empezará el 16 de febrero e incluirá a Japón, Filipinas y la isla de Guam, administrada por Estados Unidos.« Desgraciadamente », dijo el Pontífice, «en algunas naciones, como España, Italia, Irlanda y en otros lugares, perdura gravísimo el problema del terrorismo y de la violencia, de esta verdadera guerra contra los hombres inermes y las instituciones, movida por oscuros centros de poder, que no se dan cuenta que el orden por ellos deseado mediante la violencia no puede más que suscitar otra violencia».
Tras recordar las palabras del evangelio de san Mateo, «todos los que echan mano a la espada morirán a causa de la espada», afirmó que «un orden que nazca sobre las ruinas y los asesinatos de la violencia sería una paz de cementerio». Refiriéndose directamente a los terroristas, a quienes llamó «hombres de la violencia», el Papa, después de haberles recordado que también ellos son hermanos suyos, les alentó a «abandonar los senderos de la muerte » e invitó a los jóvenes a no dejarse arrastrar «por la ideología perversa de la destrucción y del odio», y de colaborar más bien, con «todas las fuerzas generosas existentes en todas las naciones para construir un mundo a la medida del hombre ».
Juan Pablo II anunció también oficialmente su próximo viaje a Extremo Oriente, en el que visitará las islas Filipinas y Japón. Saldrá del Vaticano el 16 de febrero, para regresar el 27. Efectuará también una breve escala en la isla de Guam hoy en manos de los norteamericanos, pero que fue descubierta por españoles. En Filipinas estará cinco días, dos de ellos en Manila, donde beatificará a Lorenzo Ruiz, el primer mártir filipino. En Japón visitará Tokio, donde se entrevistará con el emperador, y las ciudades de Nagasaki e Hiroshima, escenar¡os de la explosión de la primera bomba atómica: «Pediremos allí», dijo el Papa, «a Dios misericordioso que no se repita nunca más esta tragedia en la historia de la humanidad».
En Filipinas dedicará tres días a recorrer toda una serie de pequeñas islas, a algunas de las cuales sólo podrá llegar en helicóptero.
¿Visita a China?
En realidad, este viaje a Filipinas estaba ya proyectado hace un año. No se realizó antes porque la diplomacia vaticana había aconsejado al Papa retrasarlo a causa de las condiciones políticas de aquel país y las difíciles relaciones del régimen con la Iglesia. Aunque hay quien asegura que el programa se retrasó también para examinar la inclusión en el viaje a Extremo Oriente de una parada en China. Pero tanto la visita del cardenal Etchegaray, presidente de la conferencia episcopal francesa, como la del arzobispo de Viena, cardenal Koenig, a la China posmaoísta han convencido al Vaticano que, a pesar del actual proceso de distensión «los tiempos no están aún maduros para una visita papal ».
