"Incluso sin Suárez, el Gobierno de UCD no llegará a 1983"

«Incluso cambiando a Suárez, este Gobierno monocolor de UCD no llegaría a 1983», afirmó ayer Santiago Carrillo en el transcurso de una conferencia de Prensa celebrada en Vigo, después de que interviniese en un mitin orgánlizado por el PCG para apoyar la campaña del El Estatuto de Autonomía de Galicia.Carrillo volvió a insitir en que es imprescindible un cambio de Gobierno, sobre la base de uno de coalición entre socialistas y centristas, con apoyo de los comunistas. «La obstinación de UCD de gobernar sola», dijo, «ha producido la sensación en el pueblo de que no estamos realmente gobernados, y de ahí ese vacío de poder que existe. Este vacío o se llena con un Gobierno parlamentario de nueva mayoría o aparecerán los sectores que desean llenarlo con fórmulas anticonstitucionales y antidemocráticas. Y todo ello sin olvidar que considero negativa la opción a unas elecciones anticipadas».

Luego afirmó que es claro que hoy no existe una opción socialista, porque el PSOE no dispone de una mayoría parlamentaria, no es previsible que la tenga pronto, y sólo aquel Gobierno de coalición con apoyo comunista sobre la base de un programa claro con alternativas para el problema del paro, la erradicación del terrorismo y la construcción del Estado de las autonomías podría devolver la sensación de Gobierno al país.

«Si un día se juntasen en Galicia todos los gallegos, habría, sin duda, una mayoría muy seria de izquierda», dijo refiriéndose a los emigrantes, al tiempo que criticó la falta de interés del Gobierno y de la derecha en facilitar la participación de los emigrantes en los procesos electorales. Aseguró que los emigrantes han adquirido una experiencia que les hace adoptar posiciones más progresistas en política y que, unido al memorial de agravios que puedan tener hacia la derecha, hace que este Gobierno prefiera dificultar su participación en los comicios. «Los caciques de Galicia les tienen miedo», aseguró.

Mostró también su total acuerdo con la tesis del PCG de procurar una «mayoría de progreso» para el parlamento gallego, que consiga hacer del Estatuto gallego un instrumento válido para el progreso de Galicia y su real autogobierno, en el que afirmó que UCD y la derecha no están interesados, como se demostró en el enfrentamiento autonómico que han propiciado desde noviembre de 1979.

«Habrá que contabilizar la abstención en el referéndum», añadió, «a partir del 70% del censo, porque una personalidad del Gobierno que conoce bien Galicia me ha confesado hace poco que hay un 30% de ese censo que no corresponde a la realidad. Con esta declaración puede comprenderse la importancia que tenía aquella limitación de un porcentaje determinado para poder acceder al parlamento gallego y que, afortunadamente, se ha conseguido eliminar de este Estatuto».