Los "errores" de Mao
No es mucho lo que se sabe acerca del proyecto de juicio político a Mao, pero distintas manifestaciones de dirigentes del Partido Comunista Chino (PCCh), unidas a los datos filtrados por una revista de Hong Kong que se considera vinculada a Deng Xiaoping, permiten hacerse una idea del plan.Además de la gran tarea de Mao como conductor de la revolución socialista, el Comité Central del PCCh sostiene que el balance de los 31 años transcurridos desde la «liberación» y el de los diez años de la revolución cultural, es positivo en su mayor parte, gracias a que se han mantenido las «cuatro persistencias»: el camino socialista, la dictadura del proletariado, la dirección del partido comunista y el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Zedong.
Respecto a Mao, se juzga favorablemente su política de «utilización, restricción y transformación» con respecto a la industria y el comercio capitalista en la primera etapa del socialismo, así como la cooperativización agrícola (las famosas comunas). También se considera positivo su formulación del tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo, -la consigna «que se abran cien flores y que compitan cien escuelas», y el planteamiento de una situación política en la que haya «tanto centralismo como democracia; tanto disciplina como libertad».
En fin, en 1958 -fecha en que acaban los aciertos de Mao-, el Gran Timonel Mao llamó a romper con los prejuicios y «emancipar la mente», con lo cual todo el pueblo exploró el camino de la construcción socialista según los principios de «independencia y autosostenimiento».
A partir de esa fecha, comenzaron las actuaciones imprudentes. La primera fue el contraataque contra los «derechistas burgueses», que fue más lejos de lo necesario. La segunda fue lanzarse al gran salto adelante sin estudio ni experimentación previos. Posteriormente, como consecuencias de estos errores -y de la retirada de técnicos soviéticos-, la economía se hundió, y el propio Mao hizo una autocrítica al respecto en 1962. En fin, la revolución cultural apartó al país, «lamentablemente», de la etapa anterior, y a su amparo florecieron los conspiradores y arribistas que impulsaron la línea ultraizquierdista y los intentos golpistas, pero cuyas actividades contrarrevolucionarias tienen un carácter «diametralmente distinto» a los errores de la dirección.
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