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Trasladados a Madrid los restos del general Modesto

Los restos del general Juan Modesto, que fue miembro del comité central del PCE y primer general de milicias del Ejército republicano, fueron trasladados ayer al cementerio civil de Madrid. Asistieron al acto un millar de personas, entre ellos la viuda y los hijos de Modesto, así como el secretario general del PCE, Santiago Carrillo, quien glosó la figura del general. Había muerto en Praga el 19 de abril de 1969.Juan Modesto ingresó en el PCE en 1930 y fue un destacado dirigente en Cádiz. Tras el estallido de la guerra civil fundó el Quinto Regimiento y fue jefe del batallón Thaelmann. «A partir de ahí», explicó ayer a EL PAIS el historiador Manuel Tuñón de Lara, «Modesto comenzó a jugar un papel relevante en el Ejército republicano, como el militar que llegó a tener el más alto mando entre los jefes procedentes de milicias. A diferencia de lo que suele decirse, los altos mandos militares del Ejército republicano eran en su mayoría profesionales, y fueron muy pocos los que salieron de entre los obreros».

Dirigió el Cuerpo del Ejército de Maniobra, participó activamente en las batallas de Brunete y Teruel y, posteriormente, ostentó el mando de los tres cuerpos de ejército, que la República utilizó en la batalla del Ebro, «la más importante, en cuanto a hombres y material, de cuantas se libraron en el mundo entre las dos guerras mundiales», a juicio de Tuñón. Tras la batalla del Ebro, fue llamado a Madrid por el jefe del Gobierno, Juan Negrín, para tratar de reorganizar el Ejército del Centro. Se dice que la excesiva confianza de Negrín hacia Modesto fue una de las causas del golpe de Estado del coronel Casado.

«Modesto no fue el clásico guerrillero», opina Tuñón de Lara, «sino un hombre capaz de mandar grandes unidades. Esto es lo curioso y atrayente de su personalidad: otros hombres nacidos del pueblo fueron capaces de mandar unidades, pero Modesto manejó, con enorme soltura, divisiones y cuerpos de ejército. La operación del Ebro puso de manifiesto todo su talento militar, y pienso que si no se produce el pacto de Munich, Modesto hubiera continuado más tiempo en el Ebro».

Al finalizar la guerra civil, marchó a la Unión Soviética y durante la segunda guerra mundial actuó como general en el Ejército búlgaro. Prácticamente no desempeñó papel político relevante.

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