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Lenta tramitación de las 100.000 multas impuestas en poco más de un mes

Los 540 vigilantes que se encargan del control de la zona de limitación de aparcamiento han puesto, desde el pasado 3 de noviembre, unas 100.000 multas por transgredir alguna de las dieciocho normas objeto de sanción.Este elevado número de multas, aunque previsto por los técnicos municipales, ha desbordado, según parece, la maquinaria administrativa del Ayuntamiento, forzada desde hace unas semanas no sólo a tramitar todas las multas, sino incluso a ahorrar tiempo en la tramitación.

El pasado mes de noviembre, José Barrionuevo informó a EL PAIS, que el plazo para cobrar una multa se iba a reducir a dos meses. Para ello todas las multas entrarían en ordenador, al tiempo que se simplificarían los trámites.

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La limitación de aparcamiento se ampliará a otros cinco barrios, antes de abril de 1981

Sin embargo, según datos obtenidos ayer, la aplicación de la Operación de Regulación de Aparcamiento (ORA) tuvo un resultado, entre el 5 y el 19 del pasado mes de noviembre, de 45.437 multas, de las que se han notificado hasta ahora 31.818.

Tras la recepción de la notificación en el domicilio, sólo pagaron en período voluntario, hasta el pasado sábado, 1.286 personas, en tanto otras 1.853 recurrieron. El resto de las multas impagadas seguirá su trámite normal.

«Posiblemente haya habido un desajuste en la máquina burocrática, pero eso no quiere decir que las multas puestas no vayan a ser notificadas ni cobradas voluntaria u obligatoriamente», manifestó José Luis Martín Palacín.

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Para corregir estos retrasos, miembros de las delegaciones de Seguridad y de Circulación se reúnen semanalmente con técnicos del Centro Electrónico de Tratamiento de Información (CETI) para conseguir una agilización del proceso. Este deseo de ponerse al día en la tramitación de sanciones se debe a que un excesivo retraso podría ser tomado por muchos conductores como una falta de coordinación entre los responsables de la vigilancia y los encargados de tramitar la sanción, hecho que produciría paulatinamente un mayor incumplimiento de la ordenanza y, a la larga, el fracaso de la ORA.

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