Segun el jefe de la Marina, la situación política deberá ser replanteada
Pasadas veinticuatro horas del plebiscito constitucional, nadie se atreve en Uruguay a pronosticar cuál va a ser la reacción del equipo gobernante tras el rechazo popular de la Constitución. Tanto los militares como los miembros del Gobierno guardan un mutismo total, hasta el punto de que existe la impresión de que realmente no se había previsto una alternativa para el caso de que fracasase la propuesta gubernamental. Y eso, a pesar de que desde días antes se tenían indicios racionales de que el no podía triunfar.La única declaración oficial fue realizada ayer tarde por el comandante en jefe de la Armada, vicealmirante Hugo Márquez, en el aeropuerto de Montevideo, adonde acudió a recibir a su homólogo brasileño. Después de señalar que la jornada del domingo había sido memorable por el civismo demostrado, se limitó a apuntar que la victoria del no obligará a replantear toda la situación. «Habrá que reestudiar», dijo, «todo el esquema, pero no puedo decir más, porque no estoy autorizado para ello y carezco de autoridad para ampliar más esto». Admitió que a partir de ahora habrá reuniones, pero dijo que no sabía quiénes participarían en ellas, si los militares o también los partidos tradicionales.
Lo máximo que agregó, después de repetidas preguntas, fue que, como demócrata, acataba la decisión de la mayoría y la hacía suya. En ningún momento dio pista alguna que permita aventurar por dónde van a transitar los militares uruguayos.
Tampoco los dirigentes de los dos partidos tradicionales han sido mucho más explícitos en sus declaraciones. Nadie pone reparos a interpretar el valor de este no constitucional o a comentar las circunstancias en las que se ha conseguido -inexistencia legal de los partidos, falta de propaganda en los medios de comunicación, presiones sobre posibles votantes del no en el interior del país-, pero todo se vuelve muy confuso a la hora de esbozar el futuro.
Jorge Batllé, dirigente proscrito del Partido Colorado, explicó ayer a EL PAIS que el triunfo del no es en realidad un triunfo de toda la nación, incluidos los militares, ya que de esta forma se evitará su politización futura y, por tanto, su disgregación.
En su opinión, la salida política del país tiene que venir por el camino de un gran pacto nacional, aunque carece de elementos de juicio para adivinar cuál va a ser la decisión de los militares. «Los dos partidos tradicionales, que hemos actuado unidos y seguimos haciéndolo, ofrecimos antes del plebiscito a los militares la posibilidad de ir a ese pacto y no nos hemos apeado de nuestra propuesta».
La convocatoria de una Asamblea Constituyente puede ser, a su juicio, una de las salidas, pero piensa que puede haber otras que es prematuro desvelar. Se excusa diciendo que el Gobierno está en estos momentos bastante descabalgado y que no es cuestión de endurecer aún más la situación.
Cree Jorge Batllé que, en todo caso, lo que haga el Gobierno a partir de ahora nada tendrá que Ver con lo realizado en estos siete años y que deberá tener en cuenta el resulta.do del referéndum constitucional.
«El Gobierno debe darse cuenta de que el no fue a un texto, pero fue también a todo un modelo de Gobierno autoritario y fue, sobre todo, un sí a la democracia. El camino hacia la normalización debe pasar ahora por la reconstrucción de los partidos, la vuelta a los sindicatos libres y la eliminación del miedo de la vida ciudadana. Eso es lo verdaderamente importante y eso hará posible luego la elecel ón directa de los gobernantes».
¿Cómo se va a llegar hasta ahí?, esta es la pregunta que también se hacen los uruguayos y que nadie parece estar en situación de contestar.
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