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"El sistema autonómico español tiende al separatismo"

El sistema autonómico español tiende al separatismo y puede y debe ser corregido, según Daniel Elazar, prestigioso federalista que ha participado en el congreso organizado por el Centro de Investigaciones Políticas (Citep) sobre el Estado de las autonomías y que fue clausurado ayer. Elazar dirige dos centros sobre federalismo en Filadelfia (EE UU), de cuya universidad es profesor y en Israel. Durante su estancia en Madrid, el prestigioso especialista ha mantenido contactos con altos cargos de la Administración.

«Lo más importante de un Estado federal es que la Constitución establece mecanismos de participación de los Gobiernos autónomos en el Gobierno del Estado, y en el sistema español se echan de menos esos mecanismos. Se contempla la creación de varios Gobiernos regionales, pero no se institucionaliza la participación de los mismos en la toma de las decisiones que afectan a todo el Estado, por lo que crea una dinámica de separación y no de integración», afirma Elazar.Ese marco institucional para la participación debe venir en su opinión, por la transformación del Senado en una auténtica cámara de representación de las comunidades autónomas y por medio de la creación de un consejo de todos los presidentes de los Gobiernos regionales, que se reúna regularmente para participar en las decisiones que afectan a su propio territorio y al resto del Estado. La presencia de un porcentaje de senadores en representación de la comunidad autónoma, establecido por la Constitución española, lo considera Elazar insuficiente. «Se trata de que esa cámara esté constituida totalmente por representantes de las comunidades autónomas, para lo cual es preciso que la circunscripción electoral sea la región y no la provincia». Por otra parte, tendría que haber una representación de los Gobiernos regionales en determinadas ínstituciones, como por ejemplo, en el Banco de España, de incido que, al fijar la política monetaria, que es competencia del Estado, sean oídos los Gobiernos autónomos.

Daniel Elazar cree que los planteamientos últimos del Gobierno tienden hacia un Estado federal y no ve obstáculo constitucional que impida esta orientación, «porque la Constitución española es abierta», dice, no sin cierta ironía, «y puede ser adaptada a la realidad; los españoles son más flexibles que los alemanes, para los que no es posible ir más allá de la letra escrita».

La única manera de que funcione un Estado de las autonomías es la generalización de los autogobiernos y su uniformidad. Sólo razones históricas, como las que se dan en el País de Gales o en Escocia, donde nunca se ha interrumpido cierto grado, de autonomía, justifican, en opinión de Elazar, la diferenciación de esas comunidades de las del resto del Estado. Y ése no es el caso español, donde el centralismo goza de una vieja implantación. Diferencíar a unas regiones de otras en este momento de la historia deEspaña, crea una dinámica de separación en las regiones a las que se les da un trato diferente», afirma. «Por otra parte», añade, «vascos y catalanes, que se sienten temerosos de perder tína autonomía, como ya les ha ocurrido en otros momentos, se sentirán más seguros en un Estado de autonomías generalizadas».

No ve inconveniente para esta generalización de las autonomías en la falta de poder y de conciencia regionales en algunos territorios del Estado. «El 70% de la población sí quiere el autogobierno, y tiene esa conciencia regional».

El mal ejemplo italiano

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Desde esta perspectiva, Elazar es muy duro con el modelo regional escalonado italiano. «En definiltiva, es un modelo centralista, desacreditado en todas las regiones, porque Roma no cree en el principio de que dar poder une y no separa. Esta resistencia del Gobierno central origina contrapoderes en las regiones, como es el caso de la Mafia siciliana, que surge como un contrapoder frente a Roma.Tampoco considera Elazar un inconveniente el que se vaya a un federalismo desde un sistema parlamentario. «Indudablemente, es más fácil organizar un Estado federal en un sistema presidencialista, pero hay numerosos ejemplos de buen federalismo en sistemas parlamentarios: la República Federal de Alemania, Canadá, Suiza, Australia, son algunos ejemplos».

Respecto a la situación española, es moderadamente optimista. En el aspecto formal, las competencias que pueden ser transferidas a los Gobiernos autónomos resisten la comparación con las de los Estados federales, pero, en la práctica, ve .que todavía se está muy lejos. El problema no reside sólo en la voluntad política por parte del Gobierno. de llevar a cabo esa transformación del Estado. Es preciso vencer las resistencias de los funcionarios a ceder esferas de poder que han venido administrando.

También es preciso que los ciudadanos cambien de mentalidad: «España lleva muchos años de centralismo, y esto ha creado unos hábitos mentales en los ciudadanos», afirma. El cambio ha de venir por una transformación de la enseñanza tradicional y a través de los medios de comunicación social, que tienen que crear un ambiente propicio.

Haciendo abstracción de la situación española, Daniel Elazar afirma que la transformación de un Estado centralista en otro autonómico es obra, por lo menos, de una generación.

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