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Ofensiva europeísta del Gobierno británico

El Gobierno de Margaret Thatcher parece, por fin, tener una política europea. Esta es la impresión que se desprende de los discursos pronunciados por la primera ministra en Bonn; por lord Carrington, secretario del Foreign Office británico, en Hamburgo, y Peter Walker, ministro de Agricultura, en Bruselas, el pasado lunes. Pero, coincidiendo con este nuevo fervor europeísta, unos diputados conservadores han formado un grupo para presionar por una reforma radical de la CEE.A juicio de los observadores, es, la ocasión para que Gran Bretaña deje de hablar sólo de problemas económicos -sin abandonarlos para pasar al campo político. Este parece haber sido el mensaje de lord Carrington en su discurso sobre la Europa que querría para los años ochenta, insistiendo en la necesidad de coordinar la política exterior de los países europeos. Para ello pidió la creación de un personal. especializado en estos temas. Este nuevo papel activo de Europa, que vendría, en cierto modo, a independizarse de la tutela de Esta dos Unidos, parece haber recibido el apoyo de París y de Bonn.

El próximo mes de julio, Gran Bretaña asumirá la presidencia del Consejo de Ministros de la CEE. Esta será la primera oportunidad para los británicos de reformar las instituciones de la Comunidad desde dentro.

Excedente comercial

Por otra parte, el comisario británico, Christopher Tugendhat, indicó esta semana que Gran Bretaña tendrá un excedente comercial con el resto de la Comunidad Europea por primera vez desde 1973. Este hecho vendría a reafirmar las ventajas que tiene la Comunidad Europea para el Reino Unido precisamente cuando la opinión británica parece hacerse más reacia hacia la CEE.No todos los conservadores británicos están a favor del Mercado Común. Coincidiendo con los discursos proeuropeístas del Gobierno, 38 diputados han decidido establecer en la Cámara de los Comunes un «grupo conservador para la reforma de Europa», grupo que vendría a reflejar un cierto sentimiento anticomunitario entre los tories.

Estos diputados, de segunda fila en su mayoría, se proponen abolir la política agrícola común, lo cual socavaría las instituciones europeas, ya que dicha política representa más del 60% del presupuesto comunitario.

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