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Crisis de crecimiento en el socialismo mundial

Con las espadas morales en alto, en defensa no sólo de las tradicionales libertades civiles, sino de los derechos económicos y sociales, los socialistas del mundo entero, reunidos en Madrid durante cuatro días, concluyeron el domingo su XV congreso con el compromiso de crear una verdadera «opción progresista» que permita a la humanidad entrar con buen pie en el próximo siglo, gozando de paz, disfrutando de libertad y derrochando solidaridad.

El desarrollo del congreso de la Internacional Socialista (IS), primero que se celebra en España, mostró una «crisis de crecimiento» dentro del socialismo democrático, como recalcó en su discurso de clausura el secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Felipe González. En parte, este auge se debe al objetivo, ya plenamente en marcha, de acabar con el eurocentrismo que había venido caracterizando hasta ahora a la IS. Gran parte de los veintiún folios de la resolución final se ocupan de problemas, conflictos y algún que otro éxito socialista en los continentes latinoamericano, africano y asiático.El pesimismo ante el endurecimiento de la situación internacional se adueñó de los debates, y así se sucedieron las críticas a la «creciente brecha entre las naciones

industrializadas del Norte y las naciones en vías de desarrollo del Sur», al «rápido aumento de la violación de los derechos humanos» y a la multiplicación de «nuevos focos de tensión y conflicto». La cautela predomina a la hora de enjuiciar la futura Administración republicana de Ronald Reagan en Estados Unidos.

En su resolución final, los socialistas apelan por la ratificación del tratado SALT II, la apertura de una nueva ronda de negociaciones para limitar las armas nucleares y la preparación de la Conferencia Europea de Desarme.

Consideran la guerra entre Irak e Irán «un grave golpe a la estabilidad de Oriente Próximo» y piden cooperación ante la nueva iniciativa mediadora, encomendada por las Naciones Unidas al sueco Olof Palme, uno de los vicepresidentes de la IS.

La OLP sigue al margen

Tras fuertes tiras y aflojas, la internacional optó en su resolución final de carácter no vinculante por no incluir ninguno de los dos documentos que circularon durante los debates en torno al protagonismo o no de la OLP en las conversaciones sobre la paz en Oriente Próximo. A pesar de que los partidos socialistas español e italiano pretendieron lo primero, acabó predominando la postura -avalada por el presidente de la IS, Willy Brandt- de dejar el tema en suspenso para más adelante, concretamente, para después de las próximas elecciones en Israel, en las que la Alineación Laborista Israelí (encabezada por Shimon Peres, miembro de la IS) confía en hacerse con el poder. La resolución apela a Israel, los países vecinos y a los palestinos para que negocien una paz justa para todos, «que garantice la seguridad de todos los partícipes en el conflicto y también realice los derechos legítimos del pueblo palestino».Brandt tuvo amplísimos elogios para Felipe González, «quien no sólo se ha erigido en el líder del socialismo español, sino que ha alcanzado talla de estadista mundial». Felipe le hizo entrega al presidente de la IS de una lojosa edicion de las Cantigas de Alfonso X el Sabio, monarca que supo hacer de la tolerancia, al reinar sobre tres culturas (judíos, árabes y cristianos), su ley de gobierno. Paradójicamente, la figura de Alfonso X, gran poeta, derrochador de buena fe y aficionado a planes grandiosos, podría ser fiel símbolo del XV Congreso de la Internacional Socialista, que acaba de clausurarse en la capital española. El próximo tendrá lugar en marzo de 1983, en un país aún no elegido, pero que muy probablemente no pertenecerá a Europa.

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