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El Papa se pronuncia a favor de la reunificación pacífica de Alemania

El papa Juan Pablo II abogó anoche, en la recepción oficial ofrecida en su honor por el presidente de la República Federal de Alemania, Karl Carstens, en favor de la unificación de Europa y, sin mencionar expresamente a la República Democrática Alemana, en pro de la reunificación pacífica de Alemania.

El Papa se había reunido minutos antes con el canciller Helmut Schmidt en el mismo lugar de la recepción, el palacio de Bruehl, joya del barroco alemán reconstruido por expertos polacos años después de la segunda guerra mundial. Dificultades protocolarias obligaron a elegir este lugar para el encuentro. ya que el canciller y el Vaticano no habían llegado a un acuerdo sobre si el jefe del Gobierno debería acudir a la nunciatura o el Papa a la cancillería. Ambos trataron anoche, al parecer, de los problemas más conflictivos del momento.Posteriormente, ante 2.000 invitados, el presidente federal resaltó el tema de la división alemana Y los conflictos humanos inherentes a ella, y agradeció al Pontífice el que desde su llegada a la República Federal hubiese insistido en dirigirse en sus alocuciones a todo el pueblo alemán, a la nación aleniana. Es la primera vez que un Papa se manifiesta directamente sobre el problema de la partición de este país. Juan Pablo II alabó la aportación del pueblo alemán en lo religioso-espiritual, cultural y científico, razón de que «el pueblo alemán tengla reservado un lugar de especial reconocimiento en la historia de la Iglesia y en la historia espiritual de Europa».

El Papa resaltó también «la estabilidad política de la RFA, su progreso técnico y científico y la proverbial laboriosidad de los alemanes, que han hecho posible el que dentro de sus fronteras reine el bienestar y la paz social, y que la RFA goce de prestigio e influencia en el concierto internacional. Sin embargo», añadió el Papa, «aún continúa la dolorosa división, que espero pueda encontrar la solución pacífica que se desea en una Europa unida». Juan Pablo II subrayó el creciente entendimiento entre Polacos y alemanes federales. Respecto al Tercer Mundo, pidió una ayuda más generosa de los paises ricos. En cuanto al progreso técnico, el Papa recordó, una vez más. que éste debe ir orientado al bienestar de la sociedad en su conjunto, dentro del máximo respeto al individuo. «La Iglesia», dijo el Papa, «no puede callar cuando un bien tan primordial como la vida se ve amenazada en cualquier forma o estadro en que se encuentre».

En su alocución, el presidente federal Carstens tuvo un recuerdo para Auschwitz, el campo de exterminio instalado por los nazis en Polonia en la seunda guerra mundial. «No hemos olvidado», dijo, «que los que tenían el poder en Alemania infligieron, en el curso de la contienda que ellos mismos desencadenaron. sufrimientos innumerables a inillones de hombres, y yo quiero hablar sobre todo hoy, de los sufridos por los judíos y los polacos».

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