Tono conciliador de las autoridades, los sindicatos y la jerarquía católica
La radio, la televisión y el órgano del PC polaco (POUP), Trybuna Ludu, anunciaron ayer de forma muy destacada la legalización del sindicato independiente Solidaridad por el Tribunal Supremo, y publicaban, de forma inhabitual, amplios extractos de la conferencia de Prensa del líder obrero Lech Walesa.
El diario Trybuna Ludu subraya en un comentario. que Solidaridad propuso un compromiso al «haber entendido la necesidad» de añadir a sus estatutos una declaración ideológica (el primer artículo del acuerdo de Gdansk, que reconoce el papel dirigente del POUP y las alianzas internacionales de Polonia).El comentarista del órgano del POUP se felicita, a continuación de la cooperación instaurada entre las autoridades y el sindicato para «renovar la vida del país» y «normalizarla rápidamente en base a los principios políticos del sistema».
La legalización de Solidaridad, añade, «pone un punto final a la principal discrepancia, pero no elimina las divergencias de puntos de vista sobre los problemas concretos. Nadie se espera un idilio y nadie lo necesita».
Por su parte, el líder sindical Lech Walesa adoptó también un tono conciliador al declarar: «Nadie ha perdido. No se puede hablar de una victoria. Ahora», añadió, «entramos en la etapa siguiente, la más difícil: la organización del sindicato en las empresas y las elecciones sindicales».
En el mismo sentido se expresó también el lunes, por la tarde, el cardenal Wyszynski, primado de Polonia, a los militantes de Solidaridad que solicitaron su bendición. «No cedáis a las tentaciones políticas; vuestro deber principal es defender los intereses de los trabajadores ( ... ). Debéis adquirir el sentido de las responsabilidades, de la jerarquía, saber lo que el Estado puede daros y lo que no».
El tono conciliador, un optimismo matizado y el sentimiento de que es necesario trabajar duramente eran la tónica general ayer en Polonia. Sólo el diario Zycie Warszawy, hace alarde de pesimismo: «Dudas surgen a diario, no tenemos más carne, faltan patatas, azúcar y carbón: la deuda exterior es catastrófica. Estamos estancados en la crisis. Seremos capaces de salir adelante?».
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.