La CEE reduce un 40% las capturas españolas de merluza
La Comunidad Económica Europea (CEE) ha propuesto a España que reduzca en 1981 sus capturas de merluza en aguas de los nueve en aproximadamente un 40%. En la primera reunión negociadora, celebrada ayer en Bruselas, la delegación comunitaria ofreció 7.000 toneladas (contra 11.870 en 1980) y, correlativamente, un poco más de setenta licencias (contra 168 este año).El endurecimiento de la postura de la CEE se venía anunciando en medios comunitarios desde hace varias semanas, pero la oferta presentada ayer supera las previsiones más pesimistas. Incluso en el capítulo de la pesca de bajura, en el que teóricamente existen menos problemas técnicos, los negociadores españoles se muestran preocupados porque la CEE ha insinuado la concesión de licencias nominales y no innominadas, como ha venido sucediendo hasta ahora y como conviene a los intereses de los pesqueros de la cornisa cantábrica española.
Al término de esta primera sesión negociadora, que se prolongó desde las diez y media de la mañana hasta casi las seis de la tarde, el embajador jefe de la misión española ante la CEE, Raimundo Bassols, calificó la situación de «muy difícil». «La posición comunitaria es enormemente restrictiva», afirmó, «nosotros hemos solicitado una reunión a nivel de expertos, antes de la prevista para el próximo día 21, porque no hemos conseguido obtener argurnentos técnicos válidos que justifiquen una reducción semejante».
El subsecretario de Pesea, Fernando Albasoro, subrayó que la delegación comunitaria no ha acogido con comprensióri las pretensiones españolas en materia de pesca de bajura ni tampocola petición de que se eleve la relación existente entre captura de merluza y de especies asociadas.
Posición incomprensible
Según Albasoro, la posición comunitaria no es comprensible a nivel técnico o científico, porque los nueve no tienen problemas de reservas en la zona sur. A su juicio, si cada país miembro de la CEE se reservase sólo las toneladas de pescado que puede realmente capturar, habría sitio suficiente para todos. El problema se plantea porque determinados países (el subsecretario de pesca se refería, sin duda, a Francia, !rlanda y Gran Biretaña) solicitan grandes cuotas que después no pescan. « El año pasado quedaron cerca de 7.000 toneladas de merluza sin capturar», explicó, «y eso no es correcto. Nosotros no nos oponemos a que los nueve empiecen a desarrollar sus pesquerías, pero sí evidentemente a que se pretenda arrinconar a nuestra flota para terminar sustituyéndola, y además abasteciendo a nuestro propio mercado».
La condición de «país candidato a la adhesión» de España n.o parece, examinando los argumentos de la delegación española, favorecer la negociación actual, sino, bien al contrario, endurecerla. Deacuerdo con los argumentos esgrimidos por España, parece como si la CEE quisiera lograr antes de la adhesión que España reduzca su capacidad pesquera, que es hoy día superior a la de los nueve juntos.
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