Llegó la democracia
Afortunadamente para los españoles, la aurora de la democracia parece empezar a brillar con mayor esplendor; a la impagable conquista de la casi absoluta libertad de expresión de que ya gozamos, libertad de la que ha sido y está siendo principal artífice la existencia de una Prensa libre e independiente, hay que añadir ahora los vientos de profunda democratización que soplan sobre las instituciones y sobre los partidos políticos que integran la sociedad.Es de notar, por ejemplo, la contestación que en el seno de la Iglesia se produce por parte de teólogos, tanto religiosos como seglares, ante la toma de posición de los obispos contrarios al divorcio y a su pretensión de injerirse en el funcionamiento del matrimonio y de la práctica de la sexualidad en la pareja.
En el Cuerpo Su'perior de Policía se desarrolla una lucha casi épica de los funcionarios y agentes por conseguir que sus superiores respeten escrupulosamente los derechos constitucionales, plasmados, ante todo, en el inalienable derecho a asociarse.
En el seno de las Fuerzas Armadas resurge con renovado vigor el debate en torno al derecho de los militares apartados del Ejército por haber pertenecido a la Unión de Militares Demócratas (UMD) a ser reincorporados de nuevo a los puestos de responsabilidad que ya tenían antes de que el país accediera a la democracia, a cuyo advenimiento ellos han contribuido.
En los partidos políticos, la. democratización profunda de sus estructuras internas se está imponiendo como una necesidad insoslayable, y ha comenzado ya en UCD con la incorporación al equipo gubernamental de hombres que encarnan distintas tendencias, y adquiere, sobre todo, un matiz de profunda renovación la incorporación como portavoz parlamentario de un hombre como Herrero de Miñón, poseedor de un claro talante democrático.
En el PSOE, las críticas de las bases ante ciertas desafortunadas intervenciones de la ejecutiva federal, como en el caso Revilla, adquieren cada vez un carácter más acendrado, que los dirigentes no pueden dejar de tener en cuenta.
Los recientes enfrentamientos entre las directivas del PCE y la del PSUC enmarcan, como telón de fondo, la democratización profunda y sin límites de la estructura orgánica interna del partido comunista, aspiración no sólo sentida entre los comunistas catalanes, sino que es el objetivo a conseguir por muchos otros militantes en toda España, ya que sin esta democratización profunda los partidos comunistas carecen en absoluto de credibilidad ante todo el conjunto de estamentos de la sociedad./
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