Falleció uno de los heridos
Miguel Lasa Arruabarrena, peluquero de 49 años, simpatizante del Partido Nacionalista Vasco, murió ayer por la mañana en la residencia de la Seguridad Social Nuestra Señora de Aránzazu, de San Sebastián. Lasa había recibido un balazo en la cabeza en el bar Aizea, de Zarauz, en el atentado del lunes por la noche, en el que murieron los cuatro guardias civiles, resultando herido muy grave.Con Miguel Lasa son ya cinco las personas fallecidas a consecuencia del atentado, que tuvo lunar el lunes, en el citado establecimiento. Cuatro guardias civiles, el cabo primero Angel Retamar Nogales, de veintiséis años, casado, con dos hijos, natural de Palamós (Badajoz); el cabo segundo Arturo López Fernández, de 37 años, soltero, natural de Zubia (Granada), y los números Modesto García Moreno, de veintitrés años, soltero, nacido en Ribadelago (Zamora), y Julio Cantillejo Pérez, soltero, nacido en Villaviciosa (Asturias) hace veintidós años, resultaron muertos prácticamente en el acto., acribillados a escasa distancia por dos desconocidos que abrieron fuego con metralletas.
El atentado se produjo a las 23.30 horas, cuando en el bar Haizea, situado en la carretera nacional de San Sebastián a Bilbao, que cruza Zarauz por el centro, se encontraban unos treinta clientes. Entre ellos, cinco guardias civiles de la agrupación de Tráfico, que atiende la autopista Bilbao-Behovia, vestidos de paisano. Al parecer, solían acudir por la noche al establecimiento para tomar unas copas.
El comando agresor estaba compuesto de cuatro personas. Según testigos presenciales, dos individuos abrieron la puerta que da a la calle Vizconde Zolina, disparando con metralletas durante unos segundos. Otro miembro del comando les guardaba las espaldas en la calle, mientras un cuarto individuo esperaba al volante de un automóvil Renault 18, con el que se dieron a la fuga por la carretera nacional.
Las ráfagas de metralleta acribillaron a los guardias civiles, que se encontraban en la barra, en torno a una máquina recreativa, con la que estaba jugando uno de ellos. Los impactos alcanzaron también a Miguel Lasa, muerto ayer, y al camarero Antonio Izquierdo, que recibió un proyectil en el cuello, donde le quedó alojado. aunque sin interesar ningún órgano vital. Ambos salían de los servicios, donde, al parecer, Miguel Lasa había apreciado alguna avería, que hizo notar al camarero. Los otros tres heridos civiles son el pescador Basilio Elola, afiliado al PNV, de 39 años, que tiene un balazo en la espalda; Izaskun Garmendia, de diecinueve años, con heridas de bala en un tobillo y en una ceja, y su acompañante Ismael Aguirre, de veintitrés años, con heridas también de bala en los dos pies y en un brazo. Todas estas personas, las dos últimas residentes en Azpeitia. se encontraban en la barra del bar, tomando sus consumiciones. En cuanto al quinto guardia civil, Nicolás Martín, resultó también herido de bala.
«Sólo una reacción rápida e instintiva del resto de los clientes impidió que la carnicería alcanzase mayores proporciones», declaró a este neriódico uno de los clientes. «Y no vi nada, precisamente porque, al oír los disparos, no quise ni mirar. No sé si me tiré al suelo o me desplomé. Al levantarme, había cadáveres, sangre Y un tremendo desconcierto».
En la calle, y en el umbral de la puerta desde donde dispararon los miembros del comando. se recogieron más de cincuenta casquillos de bala, de 9 milímetros Parabellum. Algunos heridos fueron trasladados en coches particulares al hospital de la Cruz Roja de San Sebastián, y los de mayor gravedad en una ambulancia. El gobernador civil de Guipúzcoa, Joaquín Argote, se trasladó al lugar de los hechos nada rnás tener conocimiento del atentado. Aunque, por el momento, ningún grupo se ha hecho responsable del ametrallamiento, algunos clientes aseguraron haber oído «¡Gora ETA Militarra!» («¡Viva ETA Militar!»), aunque este extremo no ha podido ser precisado.
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