Estreno mundial del "Trío" de Luis de Pablo
Dentro de la Temporada Internacional de Conciertos, la Unión Europea de Radiodifusión (UER) mantiene una serie dedicada a los «tríos de cuerda». Encomendado el concierto de este mes a Radio Nacional, se previó el estreno de una obra de Luis de Pablo, primer encargo que la UER hace a un compositor español.Por vez primera, el músico bilbaíno intentaba esta combinación instrumental de tanto arraigo en el pasado y lo ha hecho con gran talento, fresca imaginación y dominio de la escritura. Ha procedido Luis, como tantas veces hicieron los músicos del ayer cercano o remoto, por condensación, a partir de una obra sinfónica de gran complejidad, contemporánea del trío Tinieblas en el agua. El resultado no es reducción, sino nueva invención destinada al sumario y esencial conjunto formado por violín, viola y violonchelo.
Cuarteto de RTVE
Temporada de la UER. Obras de Luis de Pablo, Brunetti, Roussel y Beethoven. Teatro Real, 3 de noviembre.
Acaso a través de tan restringido vehículo hemos podido comprobar la evolución espléndida que Luis acusa en su obra de un tiempo a esta parte. No se trata de «pasos atrás», sino de conquistar, por superación, la máxima libertad de lenguaje para expresar un mundo sonoro ricamente «imaginario» (concepto bien querido por De Pablo), en el que el interés no decae un momento y la belleza sonora se produce a cada instante incitada por hallazgos sorprendentes.
Ni tonal ni atonal; ni estática ni sujeta al movimiento continuo; ni demasiado rigurosa con las «formas» ni excesivamente complaciente con los «timbres». Muchas veces lírica en su misma sustancialidad, misteriosa y espacial, otras, la pieza de Luis de Pablo se ganó, por vía directa, la atención y el aplauso de un público numerosísimo en un concierto de cámara. Ovaciones que el compositor recogió desde su butaca y el trío formado por Hermes Kriales, Pablo Ceballos y Enrique Correa, desde el escenario. Fue, verdaderamente, una excelente versión.
Otro punto de interés: la «vuelta» de un «trío» para dos violines y chelo de Brunetti (el italiano que compartiera con Bochelini la predilección de la corte española), dormido acaso desde el lejano día de su estreno en los archivos musicales del Real Palacio. Páginas vivas, virtuosistas, elegantes, sencillas de esquema, dificilísimas de ejecución, que merecen figurar en el repertorio habitual.
Un sólido «trío», el opus 58 de Albert Roussel, y el en re mayor, segundo de la opus 9 de Beethoven, completaron el programa, en cuya interpretación intervino, con los tres profesores citados, el violinista Juan Luis Jordá. Catorce países recibieron, en transmisión directa, el concierto, certeramente comentado por García del Busto.
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