El Parlamento iraní aplaza nuevamente su decisión sobre los rehenes
El Parlamento iraní (Majlis) aplazó ayer nuevamente, hasta el próximo domingo, 2 de noviembre, el esclarecimiento de las condiciones impuestas por Irán a Estados Unidos para Teherán a los rehenes norteamericanos. Ello significa, entre otras cosas, que la posibilidad de que los 52 norteamericanos sean liberados antes de las elecciones estadounidenses, el próximo 4 de noviembre, es cada vez más remota.
Durante la sesión parlamentaria de ayer, que no estuvo desprovista de apasionamiento, ochenta diputados de los 150 presentes en el hemiciclo se opusieron a que el debate medrara e hicieron fracasar los intentos de los que desea una solución urgente a la cuestión de los rehenes. Varias decenas de parlamentarios presentes en el Majlls permanecieron en los pasillos durante el debate, que en ningún momento alcanzó el quórum de 179 diputados exigidos por el reglamento de la Cámara para resolver asuntos de esa trascendencia.En las discusiones previas a la votación destacaron las palabras del máximo responsable de los tribunales islámicos, ayatollah Jaljali, que, en una intervención apasionada, durante la cual se le cayó al suelo su turbante, se mostró partidario de resolver cuanto antes el caso de los rehenes norteamericanos.
Las interpretaciones sobre este nuevo hecho son dispares. Según algunos observadores, la nueva demora en la solución del tema obedecería al deseo, ayer mayoritario, de los diputados de posponer incluso hasta el fin de la guerra irano-iraquí él desenlace de esta cuestión, que considerarían secundaria respecto a la de la confrontación bélica. Para otro grupo de observadores, el aplazamiento de ayer hasta el domingo responde a las dificuItades que encuentran los principales líderes políticos y parlamentarios para convencer a sus bases de la oportunidad de saldar rápidamente este asunto con ventajas políticas y diplomáticas para Irán.
De hecho, durante casi un año, la gran mayoría de los líderes de la República Islámica ha insistido en la necesidad de retener cautivos a los rehenes, y ahora reconvertir la opinión que ellos mismos han contribuido a crear entre sus seguidores y militantes de a pie requiere un plazo largo. Además la proximidad de las elecciones norteamericanas y las declaraciones insistentemente repetidas de antiimperialismo formuladas por gran parte de estos dirigentes contribuyen a hacer todavía más compleja la salida de este problema.
Por otra parte, tampoco se descarta en Teherán la posibilidad de que, si esta medida se adopta sin tener en cuenta esta distancia entre líderes y bases políticas, pueda sobrevenir una reacción imprevista por parte de éstas.
Por primera vez, que se sepa, desde que Banisadr afirmó que permanecería en el Juzestán hasta la expulsión de las tropas iraquíes, el presidente iraní y comandante en jefe de las fuerzas armadas de Irán visitó ayer Teherán para realizar entrevistas con las máximas autoridades de la República Islámica. Aunque no se establece ninguna relación de causa a efecto entre la visita de Banisadr, el debate parlamentario y el curso que el asunto de los rehenes va tomando en el Majlis, todos los observadores subrayaron ayer este viaje a Teherán.
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