Reflexiones para después de un congreso

Mucho se ha escrito y especulado, antes y después del congreso de Madrid de CC OO; antes, al hilo de los. debates que se produjeron sobre los distintos temas a discusión (informe general, tesis y ponencias e informe de coyuntura), así como sobre el tema de las candidaturas, que ocupó una atención predominante en todo momento. Y, después del congreso, sobre las resoluciones aprobadas y, ¿cómo no?, también sobre los órganos y responsables elegidos en el mismo. Por ello, debemos intentar clarificar lo que ha supuesto y cómo se ha desarrollado este congreso.Los hechos son los hechos, y nos demuestran que un congreso con capacidad de crítica y autocrítica como ha sido éste, donde además se ha dado un salto importante en cuanto a recoger en un mismo sindicato la pluralidad política de pensamiento, creencias, etcétera (presentes a través de corrientes o grupos de opinión, lo que ha dado mucha más consistencia a la filosofía sindical de CC OO en cuanto a la independencia y autonomía del sindicato), supone, en estos momentos, una gran aportación para el movimiento sindical en nuestro país. Y esta es una de las afirmaciones rotundas que podemos hacer después del congreso. Mientras que la Prensa y los distintos medios de comunicación planteaban continuamente que CC OO es la central sindical comunista pese a que nuestros estatutos, programa y práctica sindical lo hayan desmentido en todo momento, ahora, después del congreso de las CC OO de Madrid, queda más claro que nunca ante los trabajadores y ante todo el país que CC OO se consolida como un sindicato plural, independiente y unitario.

Por supuesto, hay quien llega a plantearse si la línea independeritista puede suponer un divorcio o distanciamiento del sindicato respecto a los partidos obreros. Debemos decir, con toda firmeza, que esto no puede suceder, en absoluto. Lo que en realidad sucede es que ha llegado el momento de que el sindicato, teniendo en cuenta las propuestas de los partidos, elabore su propia estrategia y su propia política; pero, al mismo tiempo, debe huir de la tentación de querer dar respuesta a todo desde sí mismo, confundiendo lo que es un sindicato con lo que es un partido político. Ahora bien, nadie debe olvidar que en CC OO coexisten militantes de distintos partidos comunistas, una corriente socialista, cristianos y muchos cuadros sindicales que, sin militar en ningún partido, poseen su propia ideología. Y los necesitamos a todos. Queremos construir nuestras alternativas contrastando todos los puntos de vista, y para ello hay que cuidar, más que nunca, la democracia interna de nuestro sindicato y el respeto de las mayorías hacia las minorías, así como el de las minorías hacia las mayorías.

Una vez concluidos los debates y elegidos los órganos de dirección, éstos forman el colectivo de dirección que tiene que hacer cumplir las resoluciones aprobadas y la línea sindical establecida. Si alguien cayera en la tentación, consciente o inconscientemente, del establecimiento de bloques o grupos depresión utilizando las distintas candidaturas que existieron, estaría atentando contra la unidad orgánica del sindicato y haciendo, por tanto, una mala utilización de los resultados habidos en el máximo órgano de dirección sindical, que es el congreso, ya que éste debe servir para que en él culminen todas las posiciones existentes. Pero, una vez debatidas, el fruto que tenemos que sacar es el fortalecimiento de la unidad orgánica, aceptando todas las Jecisiones toImadas por mayoría y cumpliendo cada cual con las responsabilidades contraídas con los afiliados.

La crisis económica

Uno de los temas más discutidos en el congreso ha sido) el de la crisis economica y la postura de las CC OO ante la misma. En este aspecto, creemos que hemos hecho algunas áportaciones respecto a las diferentes alternativ is que actualmente se debaten como posibles salidas a la misma. Estamos realizando grandes esfuerzos para no quedarnos en la mera denuncia del problema, ya que un sindicato de clase debe ser capaz de luchar por transformar el estado- de cosas en que nos ha sumido la crisis, sabiendo ligar la lucha cotidiana contra, los efectos que ésta tiene sobre los trabajadores (carestía de la vida, pérdida del poder adquisitivo, paro, etcétera) con la lucha más profunda, más global, contrael conjunto del sistema que es causante de tales perjuicios.

Así pues, el congreso ha rechazado cualquier- actividad o planteamiento que nos pudiera conduci,r a que el movimiento obrero acepte instalarse en la crisis. La filosofía del AMI, por ejemplo, al igual que los pactos sociales firmados por algunos sindicatos europeos, se corresponde a este tipo de planteamientos. Debemos afirmar, con toda claridad, que, con una política de este estilo, la salida a la crisis supondría no sólo conservar el marco económico capitalista, sino además un fuerte deterioró del nivel de vida de los trabajadores, lo que significa que, en la negociación colectiva, tendremos que realizar grandes esfuerzos para incluir en ella las reivindicaciones más sentidas por los trabajadores, y que tendremos que ,plantear también cuestiones de empleo, aunque tenemos en cuenta que, por supuesto, la negociación colectiva tiene grandes limitaciones para resolver el problema del paro.

En cuanto al problema de los salarios, el objetivo de CC OO es mantener y mejorar, allí donde sea posible, el poder adquisitivo global de las rentas de la clase obrera (salarios, pensiones, seguros de desempleo, etcétera). No vamos a hablar, pues, de una sola política salarial para todos los trabajadores, sino de una política salarial selectiva y diversificada. Habrá qué reivindicar subidas superiores al incremento del IPC para las pensiones, salario mínimo interprofesional y para los salarios más bajos, así como para aquellas empresas y sectores con una situación económica más boyante; pero tendremos en cuenta, por supuesto, el problema de las empresas en una situación de crisis constatable, y allí el problema salarial pasará a segundo plano.

Creemos que la solución de fondo al problema del paro se encuentra en la impugnación del actual sistema productivo, del injusto orden internacional y del intento de que, después de la crisis, las cosas no hayan cambiado fundamentalmente. Pero, a su vez, las CC OO quieren abordarlo tratando de marcar las posibles líneas de actuación que permitan, a corto plazo, colocar el tema en primer término y ofrecerle solucio nes. Y, en esa línea, vamos a impulsar en Madrid el plan de solidaridad contra el paro puesto en marcha antes del verano con UGT, y paralizado en estos momentos por la interrupción de las negociaciones por parte del ministro de Trabajo.

El congreso se ha mostrado de acuerdo con el plan de solidaridad contra el paro aprobado por la Conferencia de Acción Sindical de la Confederación, ya que éste no significa en absoluto renunciar al objetivo de cambio de modelo, sino que, para conseguirlo en el futuro, en él se proponen unos objetivos adecuados y posibles que converjan en atacar el problema de raíz.