_
_
_
_

El plan siderúrgico de urgencia de la CEE limita considerablemente las importaciones españolas

Soledad Gallego-Díaz

Las exportaciones españolas de acero a la Comunidad Económica Europea (CEE) experimentarán en 1981 un considerable descenso como consecuencia del plan anticrisis elaborado por la Comisión Europea. Los organismos comunitarios han acentuado su vigilancia para asegurarse el «estricto cumplimiento» del acuerdo en vigor para este año, e instar a las autoridades españolas a que faciliten sin retrasos ni disculpas los datos y estadísticas que la comisión precisa.

Las cuotas de productos siderúrgicos atribuidas a España en los últimos tres años han experimentado considerables variaciones. En 1978 rebasaron ligeramente las 900.000 toneladas, en 1979 descendieron a 800.000, para experimentar un ligero incremento este año, en el que quedaron fijadas en 850.000 toneladas. De acuerdo con los planes restrictivos de la Comisión Europea, la cuota para 1981 podría descender hasta las 600.000 Tm.El plan anticrisis preparado por la comisión -que incluye la declaración de estado de crisis manifiesta, y, consecuentemente, la asignación autoritaria de cuotas de producción a cada uno de los nueve Estados miembros de la CEE- podría entrar en vigor a partir del próximo día 22 de octubre, una vez superadas las actuales divergencias con el Gobierno de la República Federal de Alemania.

La RFA solicitó, el pasado miércoles, la convocatoria de un nuevo Consejo de Ministros para recabar mayor información sobre la situación del sector siderúrgico, así como detalles más pormenorizados sobre el plan elaborado por el comisario Etienne Davignon. Finalmente se ha llegad0 a un acuerdo de principio: la Comisión facilitará los datos deseados al Gobierno de Bonn, y éste dará su opinión (lo hizo ayer), por escrito, antes del próximo día 22.

La crisis de la siderurgia europea no es ninguna sorpresa, pero sí lo es la fase aguda en la que se ha entrado, pese al programa corrector que la CEE tiene en marcha desde hace varios años. El descontrol del mercado del acero europeo proviene, según la Comisión, de la ruptura de la confianza entre los principales productores. Por eso, estima Davignon, la Comunidad debe arbitrar medios autoritarios que garanticen el respeto de los techos de producción, asegurando a cada productor que su competidor no «hace trampa».

Los propios productores europeos están de acuerdo, según Etienne Davignon, en que la situación actual es insostenible, y en que o se encuentra remedio o la siderurgia de los nueve camina hacia un desastre sin precedentes, con la primera e inmediata consecuencia de varios centenares de millares de nuevos despidos.

Los últimos datos sobre el deterioro del sector siderúrgico ponen «los pelos de punta» a los técnicos comunitarios.

La demanda de acero ha sufrido una reducción espectacular en los últimos meses, con lo que los índices de utilización de las industrias siderúrgicas europeas han bajado hasta límites jamás conocidos en la CEE (58%). Esta evolución negativa de la demanda se ha visto« acompañada por una rebelión, cada día más evidente, de las propias empresas a la hora de respetar los programas comunitarios. Consecuencias: descenso brutal de los precios, aumento de los costes de producción y deterioro creciente de la situación financiera del sector.

El futuro inmediato no se adivina más prometedor. Por el contrario, los pedidos, tanto comunitarios como de países terceros, disminuyeron en los mismos meses de mayo, junio y julio en un 14,5%, 13% y 16,3%, respectivamente.

La reducción de la producción trajo como secuela el incremento de las horas no trabajadas, con lo que la mayoría de las empresas europeas se han lanzado a amplios programas de despidos y de «paros técnicos».

El programa de urgencia diseñado por los expertos comunitarios es, en cierta forma, draconiano. Contempla un período de nueve meses (octubre 1980-junio 1981) durante el cual la Comisión impondrá un régimen de cuotas de producción esencialmente restrictivo, basado, eso sí, en la no discriminación entre empresas.

Las cuotas de producción para productos laminados se dividirían en cuatro apartados, que suponen el 90% de la producción total de laminados en los nueve. El índice de reducción -tomando como base el mejor mes del mejor año desde 1977- iría del 17% al 20%, según dichos apartados.

Etienne Davignon no oculta la repercusión que este plan tendrá sobre el nivel de empleo en la siderurgia, pero estima que, sin él, las consecuencias serían aún peores.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_