Triunfo de la coalición gubernamental alemana gracias al avance liberal

El electorado de la República Federal de Alemania (RFA) no es tan medroso ni tan ultraconservador como había calculado el aspirante a la cancillería Franz Josef Strauss, pero lo es en mayor medida de lo que se imaginaba el Partido Social Demócrata (SPD). Por otra parte, el elector alemán tampoco es tan «liberal», en sentido partidista, como podría indicar el importante acopio de votos del Partido Liberal Demócrata (FDP) en las elecciones del domingo. El balance numérico con el que se abre la novena legislatura de la RFA es este: la Unión Cristiano Demócrata (CDU-CSU) ha caído al nivel más bajo a efectos de presencia parlamentaria desde que se constituyó este país, hace 31 años; los socialdemócratas (SPD) mantienen su posición, con una leve mejoría, y los liberales (FDP) logran su mayor éxito desde 1961, año en que las elecciones se plantearon dentro de unos parámetros muy similares a los del pasado domingo.

En el nuevo Bundestag, la unión CDU-CSU (44,5% de los votos) contará con 226 escaños; el SPD (42,9% con 218, y el FDP (10,6%), con 53, catorce más que en la legislatura recién clausurada. Los socialdemócratas añaden cuatro, y los democristianos pierden diecisiete escaños. Los verdes, que acudían por primera vez a unas elecciones generales, no han llegado al 2%, y no contarán, por ello, con representantes directos en la Cámara legislativa. Los demás partidos extraparlamentarios ni siquiera han llegado al 1%.El recuento produce estos efectos: el CDU se mantiene como fracción parlamentaria más numerosa, pero ha fallado en su segundo objetivo, el de interceptar a la coalición social-liberal el camino del Gobierno. El SPD ha logrado imponerse, junto con el FDP, al bloque conservador: el canciller Helmut Schmidt puede, pues, continuar otros cuatro años al frente del poder. Pero su partido no ha conquistado la mayoría absoluta en el Parlamento, lo que significa que debe mantenerse inevitablemente uncido al partido liberal, que, además, ha resultado fortalecido en la prueba de las urnas.

Contando con que los «nuevos diputados» del SPD proceden del ala izquierda de este partido, y los del FDP de sectores conservadores del mismo partido liberal (terratenientes y profesionales liberales), sería lógico prever una mayor dificultad, de acuerdo en el seno de la coalición cuando se trate de buscar una postura común a problemas especialmente delicados, como en materia de energía, cogestión empresarial, subsidios y potencial militar, que son algunos de los temas que estarán en candelero durante los próximos meses.

El "segundo voto"

¿De dónde le ha venido al FDP el aumento de sufragios tan espectacular? Hans Dietrich Genscher, que mereció la mejor nota en el debate de los «cuatro grandes», televisado media semana antes del día electoral, ha aplicado con éxito la fórmula del «segundo voto». Los electores temerosos del SPD, pero dispuestos a apoyar a Helmut Schmidt como canciller, tenían otra opción intermedia: repartir sus dos votos entre Schmidt y el FDP. Algo similar ha ocurrido respecto de Franz Josef Strauss: el elector podría repartir su favor entre la CDU y el líder liberal Hans Dietrich Genscher.Según cálculos aún no completados, el FDP ha recibido, por esta vía, un 6% de votos que en 1976 fueron al SPD, y un 2% de sufragios que hace cuatro años se Otorgaron a la CDU.

En suma, el «voto del miedo» que propugnaba Strauss se ha vuelto contra él, que se ha convertido en el gran perdedor de la jornada. Pero también ha hecho mella en el SPD, que se ha quedado por debajo de las esperanzas de sus dirigentes. Willy Brandt y Helmut Schmidt no han ocultado su decepción.

Los liberales, por su parte, se proponen ahora consolidar este resultado convenciendo a sus electores de ocasión y convirtiéndoles en Fijos con vistas a los próximos comicios. Tras dos años de reveses en las elecciones regionales, con pérdidas de presencia en tres dietas regionales, el FDP ha buscado denodadamente una nueva imagen durante los últimos cinco meses, y al fin parece haber encontrado su espacio natural.

Entre los fenómenos producidos en estas elecciones debe contarse con una elevada pérdida del CDU en el norte de la RFA y, en general, en todas las grandes ciudades, con el efecto consiguiente, de signo contrario, en favor del SPD. Este partido parece haber tocado techo en su línea reformista, pero en algún land, como Baviera, incluso le ha arrebatado un buen caudal de votos al propio CSU de Strauss. Por lo demás, la asistencia electoral total ha sido muy elevada, alrededor de un 87%, algo inferior a la correspondiente a las anteriores elecciones.

Reparto de carteras

Los efectos internos que la consulta del domingo acarrerará a los partidos son relativamente previsibles. No parece que vaya a producirse una tensa prueba de fuerza entre socialdemócratas y liberales en la formación del nuevo Gobierno. Se anticipa que los liberales se conformarán con las cuatro carteras ministeriales que mantenían en su poder hasta ahora (Asuntos Exteriores, Economía, Interior y Agricultura) y que incluso no se producirá ningún cambio de titularidad en ningún departamento del Gobierno.