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"Retirarnos sería hacer el juego a los terroristas", afirma Viana

«El miedo es un sentimiento profundamente humano y totalmente respetable, pero atemorizarnos ahora y retirarnos de la escena significaría hacer el juego a los terroristas», declaró ayer Jesús María Viana, presidente de la UCD del País Vasco, poco después de finalizar la reunión mantenida hasta primeras horas de la madrugada del lunes por un nutrido grupo de dirigentes centristas vascos con el ministro de Defensa y diputado por Vizcaya, Agustín Rodríguez Sahagún. Dicha reunión sirvió, en opinión de Viana, para «reavivar nuestra moral, que, si no perdida, estaba bastante baja».

El ministro se había trasladado a Bilbao por un motivo familiar -asistir al bautizo de un sobrino-, teniendo previsto aprovechar el viaje para cambiar impresiones con algunos dirigentes de la UCD de Vizcaya. Sin embargo, la noticia del atentado de Salvatierra le hizo trasladarse a Vitoria, con el fin de participar en el funeral por los tres guardias civiles asesinados. Al finalizar el acto fúnebre se celebró una reunión que, según uno de los asistentes, «fue tremendamente abierta, sin orden del día previo y en un ambiente de total sinceridad, favorecido por la extraordinaria receptividad que en todo momento demostró Rodríguez Sahagún», en la que se aclaró el alcance exacto de las declaraciones sobre la posible disolución del partido centrista en Euskadi. Fue el propio Viana quien explicó al ministro que «tal posibilidad no había sido considerada en ningún momento». Al parecer, lo que sí hubo fue una propuesta de algunos electos locales alaveses, en el sentido de «poner el partido en hibernación». Tal propuesta, que sería temporal y que en ningún momento afectaría a los representantes de la UCD vasca en las instituciones centrales -Congreso y Senado-, era planteada por sus defensores como un «toque de atención sobre la inutilidad de nuestra labor en las instituciones locales dominadas por el PNV, y en especial en los municipios». El momento altamente emocional -tras el atentado que costó la vida al militante José Ignacio Ustarán- en que surgió tal propuesta explicaría la radicalidad del planteamiento, aunque en ningún caso «llegó a utilizarse la expresión disolución».

Apoyo a Oreja

Los dirigentes centristas vascos explicaron también al ministro las reacciones producidas en la militancia por la ausencia de una «representación acorde con las circunstancias» en el funeral de Ustaran, y expusieron lo que consideraban «errores de perspectiva en el planteamiento gubernamental de algunos de los problemas actuales del País Vasco». Tales errores se habrían debido, en su mayoría, a «falta de conocimiento de la realidad concreta de Euskadi», por lo que, entre otras cosas mostraron su «apoyo a la probable designación de Marcelino Oreja, profundo conocedor de la problemática vasca, como delegado del Gobierno en el territorio autónomo».En relación a este último tema un diputado de UCD por Vizcaya declaró ayer a EL PAIS que el nombre de Oreja había sido acogido «con unánime entusiasmo tanto en Guipúzcoa como en las otras dos provincias de la comunidad autónoma», por lo que supone de «fortalecimiento de la imagen de partido en el País Vasco». Precisamente, el sábado por la tarde se entrevistarán en Bilbao el ex ministro de Asuntos Exteriores y los dirigentes de UCD en Vizcaya y Guipúzcoa, Julen Guimon, Adolfo Careaga y Jaime Mayor Oreja. Los asistentes se mantuvieron en contacto telefónico con Jesús María Viana, estudiaron el tema del nombramiento del delegado del Gobierno y su posible impacto sobre los distintos sectores de opinión del País Vasco.

Uno de los asistentes a la reunión del sábado, Julen Guimon, negaba ayer rotundamente que el probable nombramiento de Oreja pudiera ser interpretado como un desaire para Viana, precisando que el cargo había sido «expresamente ofrecido a este último por Suárez, siendo el propio presidente de la UCD vasca quien lo rechazó, tras consultar con otros compañeros de partido. El ofrecimiento», matizó Guimon, «se produjo antes de la crisis de Gobierno y con Oreja todavía en el ministerio».

Respecto a la posible influencia de las neaociaciones Suárez-Garaikoetxea en la situación de desánimo constatable en el interior del partido centrista en Euskadi, Guimon matizó, por una parte, que la negociación no se había producido «con un partido concreto, sino con el Gobierno vasco como tal, lo cual debe considerarse normal». Y precisó. por otra, que UCD vasca había sido previamente consultada «sobre los aspectos fundamentales de la negociación»

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