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Crítica:FESTIVAL INTERNACIONAL DE BARCELONA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La Sinfónica de la BBC y la Orquesta de Cámara de Israel

Si grande fue el triunfo de Rozhdestvensky y la Orquesta Sinfónica de la BBC en su concierto de presentación (inaugural del festival de 1980), mayor entusiasmo despertó el segundo programa. Sobre Mozart, quizá como sobre muy pocos compositores, cada intérprete -si lo es verdaderamente- tiene sus palabras a decir. La visión de Rozhdestvensky se basa quizá en una consideración: el músico de Salzburgo no hacía en sus sinfonías «música de cámara», sino que practicaba el sinfonismo propio de la época. No hay, por tanto, razón alguna para reducir las sonoridades, contener la expresión, reducir el juego de los arcos. Con un sonido denso pero limpio, y a través de una continuidad lineal muy bella, los músicos ingleses y su director nos dieron una excelente Sinfonía 31, París.

Orquesta Sinfónica de la BBC

Director: Gennadi Rozhdesvensky. Solista: Sarah Walker. Obras de Mozart, Wagner y Shostakovitch. Palau de la Música. Barcelona. Jueves 2 de octubre.

Wagner-Sarah Walker

Después, nueva intervención de la mezzo Sarah Walker en unos pentagramas que le cuadran perfectamente: los Wesendock-Lieder, de Ricardo Wagner. Estupenda página, nacida al calor de una amistad y a la sombra de Tristán. Gracias a este cielo, el nombre de Wagner entra, por propio derecho, en la historia del género más característico del romanticismo: el lied. La interpretación del ciclo requiere cualidades de muy diverso orden, desde una cierta naturaleza vocal hasta un saber modular desde lo más íntimo a lo muy brillante. Tratándose de Wagner, la sustancia dramática que alienta en todo lied debía adquirir una fisonomía que se avecinase a la palabra cantada de su teatro, en este caso, al más hondo e intimista drama wagneriano: Tristán e Isolda. La Walker, ayudada por la preciosa colaboración de la orquesta de la BBC y Rozhdesvensky, hizo naturalidad de lo que tantas hacen énfasis. Desde El ángel hasta Sueños, la curva fue perfecta, tanto al cantar lo exterior (las gotas pesadas sobre las verdes hojas) como al internarse en más problemáticas galerías y soledades (Los sueños como espléndidos rayos de luz que se hunden en el alma), sin olvidar textos y sonidos abiertamente tristanescos (Cuando toda un alma se sumerge en otra alma).

El joven Shostakovitch

Para finalizar, la Primera, de Shostakovitch esa explosión genial de un joven, que aún no había cumplido veinte años, capaz de asombrar a todos. Estrenada por Nikolai Malko, en Leningrado, el año 1926, la obra dio pronto la vuelta al mundo como anuncio de un seguro talento, más meritorio en su originalidad cuando estaba «sitiado» por las creaciones de Strawinsky, Prokofiev, el mejor Falla, Ravel, Bartok. El mismo espíritu que anima La nariz, espléndida ópera sobre Gogol, campea en esta sinfonía cuya vitalidad discurre a través de la individualización instrumental y no por vía de grandes masas sonoras, como sucederá luego. Todavía Shostakovitch no es el gran pesimista que revelará mucha de su música y confirmarán sus tan traídas y llevadas Memorias. Si luce, en tan excesiva juventud, un magisterio sorprendente, original, pero no fuera de su tiempo, que todavía hace mella en los auditorios. Más aún si la versión alcanza los máximos niveles de excelencia, tal fue el caso de Rozhdestvensky y la Sinfónica de la radio británica. El festival y el Patronato Pro Música se han apuntado un tanto de importancia.

La Orquesta de Cámara de Israel

Este formidable conjunto que dirige ahora el soviético Rudolf Barshai (antiguo titular de la Orquesta de Cámara de Moscú) ofrece no calidad, sino verdadera exactitud de ejecución. No parece sino que se tratara de un excelente cuarteto. Escuchar a los Israelíes la transcripción hecha por Barshai de El arte de la fuga, seguir la meridiana claridad de textura de la sinfonía Haffner o asistir a su colaboración con María Luisa Cortada en el Concierto en mi mayor, para clave y orquesta, de Juan Sebastián, emociona por su pura perfección. La clavecinista barcelonesa hizo gala de su espíritu selecto y su refinamiento de estilo, en una audición dirigida a los «escolares». Que un festival internacional abra este capítulo para la iniciación musical de la juventud me parece positivo.

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