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No es serio

No es serio, evidentemente, que el ayuntamiento, que hizo ayer unas declaraciones triunfalistas en el sentido de que la contaminación de las aguas potables había desaparecido, se descuelgue hoy con que los nuevos análisis del agua contienen los suficientes índices colimétricos para producir trastornos gastrointestinales importantes. Pero aún es menos serio, y podría decirse que intolerable, que el Ministerio de Sanidad no se haya pronunciado oficialmente sobre el tema y esté permitiendo una guerra absurda entre el ayuntamiento y el Canal de Isabel II (entidad suministradora del agua) cuando está por medio la salud de cuatro millones de madrileños.El Laboratorio Municipal de Higiene dispone de medios suficientes para que sus análisis sean fiables. Igual ocurre con los servicios del Canal. Estos han mantenido que nunca hubo peligro. Aquéllos, que sí, y que aún lo hay, aunque ayer dijeran lo contrario, lo cual parece inconcebible, porque la colimetría no varía sustancialmente en veinticuatro horas. Y el Ministerio de Sanidad, que es, en cualquier caso, la autoridad competente en la materia, se calla y, según se colige de su actitud, aquí no ha pasado nada.

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Las autoridades municipales aseguran que aún existen indicios de contaminación en las aguas

En un tema de la máxima prioridad como es el de la salubridad de las aguas potables, el ciudadano de Madrid está absolutamente indefenso. ¿Qué cabría pensar de otros de menos envergadura? ¿Es tan difícil que una autoridad competente en la materia explique claramente cuál es la situación real de las aguas potables madrileñas? No lo es. Cada cual tendrá que responder de sus responsabilidades. Los partidos y las asociaciones de consumidores, también, porque tampoco han estado a la altura que deberían o, al menos, no han utilizado la amplia cancha que les concede la Constitución y han permitido que se sigan utilizando prácticas antiguas de no alarmar a la población mientras que el asunto no sea verdaderamente irreversible. Sanidad sigue callada y al ciudadano no le queda otro remedio que santiguarse antes de tomar un vaso de agua.

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