Los escolares del colegio Cíes, de Alcobendas, impidieron su demolición

El nuevo edificio del colegio Cíes, construido en el término municipal de Alcobendas sin contar con la necesaria licencia de obras, no fue demolido ayer por la tarde, a pesar del intento en tal sentido hecho por el ayuntamiento. La autoridad municipal, sin embargo, se mostraba totalmente dispuesta, a la hora de cerrar esta edición, a llevar a efecto el acuerdo plenario adoptado el día 5 de este mismo mes. En caso de que ello llegara a ocurrir, la del colegio Cíes sería la primera demolición de una obra ¡legal realizada en toda la provincia desde el año 1947.Sobre las tres de la tarde de ayer, tal como había anunciado previamente el ayuntamiento, un grupo de albañiles y unos cuantos policías municipales se presentaron en el polígono de Valdelasfuentes, donde se encuentra la estructura del colegio en construcción, a unos pocos kilómetros del centro de la población, dispuestos a ejecutar la orden municipal.

Sin embargo, la directora y propietaria del colegio, María Amalia Vázquez, llegó acompañada de un buen número de alumnos del centro que se habían trasladado en autobús desde la actual sede del mismo, a la hora de entrada a clase. Inmediatamente, niños, directora y padres de aquéllos se encerraron en el interior de la obra y aseguraron que no iban a salir de allí.

La historia de la construcción del nuevo edificio del colegio Cíes comenzó hace unos dos años cuando el centro, en su actual ubicación, en los bajos de un edificio, fue denunciado por unos vecinos por una presunta falta de condiciones para desarrollar su actividad. A raíz de aquel primer enfrentamiento con el ayuntamiento -todavía era la corporación predemocrática-, el colegio estuvo a punto de desaparecer.

Para mejorar esas condiciones por las que había sido denunciada, la directora y propietaria del colegio compró un solar en el polígono de Valdelasfuentes y solicitó la licencia de construcción, que le fue denegada por no estar urbanizado el polígono en cuestión. Coplaco aconsejó al ayuntamiento la concesión de tal licencia, siempre y cuando la propietaria se comprometiera, niediante aval bancario, a urbanizar la zona, cosa a la que, según su directora, el colegio siempre estuvo dispuesto.