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Problemas entre la jerarquía catolica alemana y el partido socialdemócrata

El presidente del Partido Socialdemócrata (SPD) alemán, Willy Brandt, declaró ayer al periódico Bild Zeitung que podrían surgir problemas entre su partido y la jerarquía católica alemana si ésta no cambia su postura de crítica a la deuda pública contraída por el actual Gobierno de coalición socialista-liberal de la República Federal de Alemania (RFA).

Cuando el papa Juan Pablo II visite oficialmente la RFA el próximo 15 de noviembre encontrará en este país una jerarquía férreamente ensamblada en torno al cardenal anfritión, arzobispo de Colonia y presidente de la Conferencia Episcopal alemana, Joseph Hoeffner; pero también Su Santidad deberá contar con las secuelas que deje la actual campaña electoral, incluida la carta pastoral de los prelados alemanes, leída el pasado fin de semana en los templos de las veintidós diócesis católicas de la RFA. Una vez que el arzobispo de Colonia se negó a alterar la controvertida «pastoral», la jerarquía católica ha puesto en marcha, seguramente sin pretenderlo, toda una serie de efectos políticos que no benefician precisamente al candidato cristiano-demócrata, Josef Strauss.Si los sondeos del último domingo no yerran, Juan Pablo II no estrechará en Bonn, dentro de mes y medio, la mano del «canciller Strauss», sino la de Helmut Schmidt: un 59 % de los alemanes prefiere a Schmidt, y tan sólo un

38% se inclina por su oponente bávaro.Han bastado dos palabras -«deuda pública»- dentro del documento episcopal para que también en la nómina de católicos practicantes -hasta el 46% de los bautizados dentro de la Iglesia católica- la mayor parte de ellos (69%) se haya manifestado en contra de que la jerarquía dé a la luz pública «pastorales» para iluminar las conciencias antes de unas elecciones parlamentarias. Dos terceras partes de los católicos consultados por el instituto Emnid, uno de los tres más prestigiosos dedicados en la RFA a realizar sondeos de opinión, consideran que el último mensaje de los obispos alemanes «responde claramente al punto de vista de los partidos de la oposición, la Unión Cristianodemócrata».

Los obispos, que reivindicaban en su escrito el derecho de «todos» los candidatos a la cancillería a no. verse privados de su buena fama como estadistas capaces de mantener la paz, tienen ahora que observar cómo Franz Josef Strauss es citado ante los tribunales bajo la acusación de mentir públicamente con ánimo de injurias. El candidato conservador declaró el domingo al díarío de masas Bild que, «según informaciones seguras, provinentes de las altas esferas del Partido Socialdemócrata, éste se propone cerrar la espita financiera de la Iglesia».

El partido afectado pidió que en un plazo de pocas horas, ya cumplido, Strauss presentase pruebas o aceptase retirar su declaración. El candidato no aceptó el ultimátum y el Partido Socialdemócrata le ha calificado sin paliativos como «mentiroso». Pero no se ha limitado a eso. Ayer mismo, la central del SPD daba a conocer un informe de la Fiscalía del Estado en el que se atribuye nominalmente a varios destacados políticos democristianos el haber defraudado al Tesoro por valor de medio millón de marcos, una cantidad que ha pasado a las arcas del partido conservador. Este dinero, recuerda la nota, debería haber sido destinado a enjugar parcialmente esa deuda pública. «Polarización» es el término más empleado por los analistas a dos semanas del día electoral. En esta campaña, en la que el insulto ha suplido al argumento político, la jerarquía católica ha aportado mucho de negativo, justamente intensificando esta polarización, comentaba ayer Der Spiegel.

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