El tren de alambrón de Ensidesa coloca en situación crítica al sector privado
Medios privados han expresado al Ministerio de Industria su profunda inquietud por la puesta en marcha del tren de alambrón de Ensidesa (EL PAIS, 21-9-1980), el más moderno del país, con una capacidad para producir 450.000 toneladas anuales, por la competencia que llevará a un mercado sobresaturado, capaz de poner en serios aprietos a las empresas fabricantes de esos productos, especialmente a Altos Hornos de Vizcaya, Esteban Orbegozo (en Guipúzcoa) y Nueva Montaña Quijano (Santander).Los mismos medios argumentan. que las producciones de estas tres empresas abarcan toda la gama de calidades de alambrón y abastecen perfectamente el mercado nacional, y destinan además un 25% de su capacidad a la exportación. Producen en total 600.000 toneladas, poco más de la capacidad del nuevo tren de Ensidesa, cuya puesta a pleno rendimiento casi duplicará la oferta existente.
Los responsables de las empresas privadas han expuesto al Ministerio de Industria las graves consecuencias que les acarreará el tren de alambrón de Ensidesa, especialmente en lo que se refiere a la continuidad en el trabajo de sus respectivas plantillas de personal, formadas por 1.500 trabajadores.
Los hornos del tren de alambrón de Ensidesa, instalado en una superficie de 35.000 metros cuadrados, fueron encendidos el lunes pasado y estos días se realizan pruebas de producción. En la primera fase funcionará solamente con un turno que exigirá para su atención cien trabajadores. En la medida en que aumente la demanda nacional e internacional, esta instalación exigirá solamente cuatrocientos trabajadores para mantenerlo en funcionamiento a tres turnos.
Además de los cuatro trenes citados existen otros mixtos que pueden fabricar redondos para hormigón y alambrón, pero hasta la fecha no han tenido incidencia en el mercado. Se encuentran instalados en Siderúrgica de Galicia (La Coruña), Torras Herrería y Construcciones (Barcelona) y Nervacero (Vizcaya).
En el futuro, estas fábricas podrán destinar el 50% de su capacidad al mercado.
Los empresarios privados entienden que, con la puesta en marcha de todas las instalaciones previstas, el desfase entre la oferta y la demanda va a ser aún más importante, distorsionando de forma irreversible la situación del mercado nacional del alambrón, y, por extensión, del sector transformador. Los mismos empresarios temen que Ensidesa tire los precios para dar salida a su producción, con el doble riesgo de hundir a la iniciativa privada del alambrón e incrementar sus propias pérdidas, que este año pueden duplicar las registradas en el pasado ejercicio.
EL PAIS ha podido saber de fuentes de toda solvencia que hace unos tres años hubo contactos con Marruecos para tratar de vender a aquel país el tren de alambrón de Ensidesa. El sector privado critica hoy a la Administración por no haber concluido entonces la operación. La inversión realizada ascendió a 5.000 millones de pesetas.
Mientras mejoran sensiblemente las expectativas de producción, la evolución del consumo de acero en España pasó de 258 kilos por año y habitante, en 1970, a 278 en 1977, a 228 en 1978, y a 212 en 1979.
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