Ayer salió de la UVI el joven almeriense a quien le fue reimplantado un brazo

Antonio Belmonte, el muchacho almeriense a quien le fue reimplantado un brazo en la madrugada del pasado viernes en la residencia sanitaria La Paz, salió en la tarde de ayer de la unidad de vigilancia intensiva (UVI) para ser trasladado a la sección de traumatología y rehabilitación de la misma residencia, «sin que haya podido notarse ninguna complicación en el posoperatorio y sin evidente peligro de grave infección», según señaló a EL PAIS Angel Caicoya de Urzaiz, secretario general médico de la citada residencia.

A última hora de la tarde de ayer, el estado del muchacho era aceptablemente bueno, añadía Angel Caicoya, «y respondía favorablemente a los rutinarios controles analíticos que se le están practicando».Ante los síntomas de infección que presentaba Antonio Belmonte durante la mañana de ayer, el equipo de microcirugía de la residencia efectuó un antibiograma y, tras observar sus resultados, fue determinado medicarle con fuertes antibióticos, aunque, según señalaba Angel Caicoya, «la infección es la lógica que puede presentarse en una operación de estas características, y todavía no es posible adelantar si el organismo del muchacho aceptará el órgano reinsertado hasta que no transcurran diez o quince días».

Por otra parte, el muchacho no presentaba otros síntomas que no determiriaran que su estado es completamente satisfactorio y, por el momento, los riesgos de fuerte infección y de trombosis, que podrían presentarse tras esta complicada operación,no han sido detectados, por lo que existe un general optimismo entre el equipo de microcirugía y cirugía plástica a que la operación pueda resultar un éxito.

Esta reinserción es la primera que se realiza en España, puesto que, aunque el equipo de cirugía plástica de La Paz había realizado con anterioridad siete operaciones quirúrgicas de este tipo en manos y dedos, nunca se había presentado un caso en el que hubiera que reinsertar un miembro completo. De las reínserciones anteriormente practicadas, cinco resultaron un éxito completo.

Las posibilidades de obtener buenos resultados en la reinserción realizada a Antonio Belmonte parecen ser altas, y el posoperatorio no ha planteado ningún problema. Según. Angel Caicoya, el muy probable éxito de esta operación será debido al gran equipo médico que atendió al muchacho y a todo el servicio auxiliar de la residencia, que actuó con gran rapidez y coordinacíón, y fundamentalmente a las perfectas condiciones de conservación en que fue recogida en Madrid la extremidad separada, procedente de la residencia Virgen del Mar, de Almería.

Antonio Belmonte, de quince años, procedente del pueblo almeriense de Carbonera, pasó la tarde de ayer leyendo revistas y comics, que le facilitaron algunas enfermeras de la residencia, y, según una de ellas, presentaba un aspecto completamente normal. Sus padres y algunos familiares próximos pasaron todo el día en la sala que está frente a la habitación, a la que es imposible acceder por órdenes médicas.

Asimismo, «él se encontraba un poco asustado», según comentó a este periódico Angel Caicoya, «y sabía perfectamente todo lo que estaba ocurriendo, aunque podía vislumbrarse en su rostro la preocupacíón de un niño pescador que en unos días se ha visto rodeado de aparatos médicos y de cuidados que no estaba acostumbrado a ver».

Por su parte, el padre y la madre del joven estaban aturdidos por la repercusión de la operación practicada a su hijo, y nos comentaron que «nos encontramos completamente perdidos en esta ciudad, con tantos periodistas tras de nosotros».