Los huelguistas ferroviarios de Berlín Este quieren depender de la RFA

Los huelguistas de los ferrocarriles de la República Democrática Ale mana (RDA) y Berlín Occidental, que desde hace una semana dificultan el tráfico ferroviario desde y hacia la ex capital alemana, han decidido pedir que cese su dependencia laboral respecto de la empresa del S-Bahn, con sede en Berlín Oriental. En tanto no se acepte esta proposición se mantendrá el paro voluntario, aunque desde el pasado fin de semana se haya normalizado parcialmente el servicio ferroviario de mercancías, y totalmente, el de transporte de viajeros. Los huelguistas decidieron el domingo desalojar las dependencias y puestos clave de la red viaria que habían ocupado durante los últimos días para impedir el tránsito de trenes de larga distancia. La policía de ferrocarriles de la RDA había procedido previamente a intervenir con dureza contra piquetes de huelga en el propio Berlín Occidental. Según el comité de los trabajadores ferroviarios, éstos han decidido abandonar su actitud, hasta un nivel, para evitar nuevas incomodidades a la población berlinesa.

Según el mismo portavoz del comité de huelga, se han establecido primeros contactos con la empresa germano-oriental que controla el S-Balin, y que todavía responde al nombre de Ferrocarriles del Reich. La propia dirección citó, para última hora de la tarde de ayer, al jefe de servicios de Berlín Oeste. A pesar de lo que parece disposición a negociar por parte de la RDA, los huelguistas declararon también ayer tarde que se consideraban desligados de la empresa y pidieron que los aliados occidentales (Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia), el Senado berlinés y el Gobierno de Bonn negociasen con Berlín Oriental la cesión de los servicios ferroviarios occidentales al mismo Senado de Berlín Oeste.

Hasta ahora no se conoce la respuesta de ninguna de las partes. Sin embargo, no parece aventurado imaginar que el Senado ofrecerá cierta resistencia, puesto que aceptar la propuesta significaría previamente negociar para luego asumir una parte de la deuda anual -120 millones de marcos-, que, según la RDA, padecen los ferrocarriles que administra. Tan extraña huelga no parece estar llamada a extenderse a otros sectores productivos de la RDA.