Explosión en un silo norteamericano de misiles atómicos
La caída de una herramienta de kilo y medio de peso estuvo a punto de desencadenar ayer uno de los incidentes nucleares más espectaculares de la historia. Veintidós personas resultaron heridas en la explosión producida en un silo nuclear que albergaba un misil intercontinental Titan II, con cabeza nuclear, en el Estado norteamericano de Arkansas.«La tierra tembló, el cielo se iluminó de repente como si fuera de día y después una nube de humo, primero naranja y después de color champiñón, se extendió por toda la zona», dijo uno de los testigos presenciiales.
La llave de kilo y medio que manejaba un técnico de mantenimiento de los silos de misiles Titan II, en la ciudad estadounidense de Damascus (Arkansas), rompió al caer el depósito de carburante licuado que sirve para impulsar al misil, provocando un incendio que daría lugar a una terrible explosión ocho horas después.
«No hay rastros de radiactividad. La situación está controlada», declaraba ayer tarde el presidente Carter, quien, con sus palabras, confirmaba el dictamen emitido horas antes por el Pentágono. En cualquier caso, fue evacuado el millar de personas que habita en un radio de veinte kilómetros alrededor del silo atómico donde se produjo el accidente.
El peligro, según el gobernador del Estado de Arkansas, estriba en la toxicidad de los humos generados por la explosión. Según fuentes oficiales, resultaba completamente imposible que hubiera podido estallar la bomba de hidrógeno que equipa el misil.
El temido apocalipsis nuclear se redujo tan sólo a ser un pequeño accidente, que causó heridas a veintidós personas, de las cuales sólo dieciocho han necesitado ser hospitalizadas.
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