El traslado del monumento a Calvo Sotelo mejoraría la circulación por la Castellana

El traslado del monumento a Calvo Sotelo, en la plaza de Castilla, supondría un aumento de la velocidad en uno de los puntos más conflictivos y de tráfico automovilístico más congestionado de la ciudad, según pudo constatar ayer EL PAÍS en medios técnicos cercanos al análisis de la circulación rodada madrileña. La actual ubicación del monumento obliga a interrumpir la circulación rápida del eje Norte-Sur, conformado por los paseos del Prado y de la Castellana, en dirección a la autopista de Colmenar o a la de Burgos. Sin embargo, si éste se desplazara, de la misma forma que ocurrió con el dedicado a Colón, del centro de la plaza de su mismo nombre, la circulación desde el eje hacia el Norte podría ser totalmente fluida, sin necesidad de ser detenida en el semáforo situado a la llegada a la plaza de Castilla.Otro tanto ocurriría con la circulación de entrada en la ciudad, que hoy por hoy se ve obligada a detenerse en un semáforo similar al borde de la misma plaza y a realizar un rodeo en torno al monumento, que casi siempre conlleva una nueva parada ante un semáforo intermedio.

La sobresaturación que actualmente registra el eje, desde la glorieta de Atocha hasta la plaza de Castilla, no tiene «soluciones mágicas». La mejor solución consiste en plantear altenativas para que el automovilista discurra por ellas. Eso fue lo que se hizo al convertir las calles de Serrano y de Velázquez en direcciones únicas, en dirección Sur y Norte, respectivamente.

También supuso un alivio para el eje de la Castellana la apertura de la M-30. Su velocidad media pudo ser aumentada, además, en el momento en que el «obstáculo» que suponía el monumento a Colón fue retirado del medio de la plaza de su nombre y trasladado a los actuales Jardines del Descubrimiento.

Ya que, hoy por hoy, no es factible pensar en la creación de otras vías alternativas a la Castellana, la única solución para descongestionar, aunque sea parcialmente, una de las principales arterias de la circulación automovilística madrileña podría estar en aumentar la velocidad de los vehículos a su paso por una de sus puntas, la plaza de Castilla.