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ECOLOGÍA

Green Peace se niega a pagar la fianza por la liberación del "Rainbow Warrior"

La organización ecologista internacional Green Peace, cuyo barco continúa detenido por la Armada española en El Ferrol desde el 18 de junio pasado, piensa recurrir legalmente contra la decisión del juez militar que ha fijado, una fianza de 10.200.000 pesetas por la liberación del mismo, según manifestó, en la rueda de Prensa celebrada ayer en Madrid, el portavoz de la organización, Remy Parmentier.

«Está fuera de nuestras posibilidades pagar la suma que nos reclama el juez militar, que representa más del doble de la cantidad que pagamos por nuestro barco, el Rainbow Warrior, y que nos parece absolutamente desproporcionada», declaró Remy Parmentier a propósito de la decisión jurídica. Gustavo López Muñoz, como abogado de Green Peace, intervino en la rueda de Prensa para señalar la intención del grupo de recurrir contra una medida que consideran injusta «ya que no nos parece lógico hablar de un delito de coacción como el que se le imputa a Jonathan Castle como capitán del Rainbow Warrior, cuando todo lo que los miembros de Green Peace estaban haciendo es demostrar pacíficamente su repulsa por la caza de ballenas, desde frágiles botes de goma, frente a un barco de muchas toneladas que no podía sentirse amenazado. Por otra parte», continuó diciendo el abogado López Muñoz, «nos parece que no es la jurisdicción militar la adecuada para llevar un caso en el que están implicadas personas civiles y en el que el supuesto delito cometido tiene tan poco que ver con la seguridad e integridad del país. Creemos que lo más normal es que fuera un tribunal ordinario. En cualquier caso, nuestra única pretensión es que se revise la petición del juez».Remy Parmentier, por su parte, hizo mención de todas las empresas de defensa ecológica llevadas a cabo por el Rainbow Warrior desde que fue adquirido en Gran Bretaña, en 1978, por los miembros de Green Peace. «Nuestra acción ha sido siempre pacífica y nunca nos había sucedido nada parecido con las autoridades de ningún país europeo». Respecto a las manifestaciones de apoyo a la medida de la Armada española realizadas por un miembro del Parlamento británico, Parmentier señaló que el barco lleva bandera inglesa porque «era la que tenía cuando lo compramos y es necesario que esté bajo algún pabellón. Pero Green Peace es una asociación internacional y está al margen de los intereses de cualquier país.

Refiriéndose a la explotación de los productos y la carne procedentes de la ballena, Remy Parmentier recordó que no eran comercializados en España, sino en Japón. «Creo que, para Galicia», continuó diciendo, «son mucho más rentables, incluso comercialmente, las ballenas vivas. Ya que se trata de la única zona de Europa donde se pueden ver fácilmente estos enormes mamíferos y caso de promocionar este aspecto, habría mucha gente ansiosa de venir a verlos. De esta mañera las ballenas constituirían una atracción turística que resultaría, a la larga, mucho más rentable que su muerte».

Tras su campaña contra los buques balleneros españoles, el barco de Green Peace se proponía realizar una demostración pacífica del mismo tipo contra un carguero británico que deposita residuos radiactivos en una zona de la costa gallega.

Durante los dos meses y medio que el Rainbow Warrior permanece detenido en el puerto de El Ferrol, los miembros de la tripulación han tomado contacto con las asociaciones ecologistas gallegas que han apoyado a Green Peace en varias acciones por la libertad del barco. Mientras, la campaña contra la caza de ballenas llevada a cabo por esta organización ha sensibilizado considerablemente a una parte de la opinión pública de Galicia.

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