La OEA negocia con los asaltantes de su embajada en El Salvador
Un representante del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Alejandro Orfila, llegó ayer a San Salvador para negociar con los guerrilleros del Frente Democrático Revolucionario (FDR), que ocuparon el miércoles la sede de la OEA y mantienen en ella a doce rehenes. Dos policías murieron en el asalto. Las autoridades salvadoreñas informaron que no hay negociaciones del Gobierno con los guerrilleros y han retirado el dispositivo militar que rodeaba la embajada. El representante de Orfila, Alberto Salem, tiene instrucciones concretas para pedir que se evite un asalto militar. El Gobierno salvadoreño dio ayer garantías sobre este punto.Los asaltantes del FDR, extrema izquierda, reclaman la liberación de treinta prisioneros políticos, el fin del estado de sitio y la desmilitarización de los servicios públicos. Los guerrilleros piden también el restablecimiento de las líneas telefónicas con la embajada, cortadas por el Ejército, para negociar.
Los rehenes capturados el miércoles son tres funcionarios de la Organización de Estados Americanos, entre ellos su representante en El Salvador, tres secretarios, dos ordenanzas y cuatro extranjeros que se encontraban en la embajada en el momento del ataque.
Los ataques de la extrema izquierda en San Salvador, de día y en el centro, se han multiplicado en las últimas semanas. «No se trata de guerrillas, sino de enfrentamientos directos con las fuerzas armadas para preparar la insurrección final», según un dirigente izquierdista. Ayer, un comando ocupó la iglesia de El Calvario y tomó como rehenes a dos sacerdotes. En la proximidad de la iglesia hubo un intenso tiroteo entre asaltantes y soldados, del que por el momento se ignora el número de víctimas que ha producido.
El proceso de destrucción de la capital salvadoreña prosigue aceleradamente y recuerda, en parte, a la táctica adoptada hace años en el Ulster por el Ejército Republicano Irlandés (IRA). La población intenta proseguir sus actividades normales en medio de los escombros. El ultramoderno aeropuerto de la capital centroamericana permanece vacío.
A diferencia de anteriores ocupaciones de embajadas en San Salvador -ocho en total desde 1978- los comandos izquierdistas no han permitido en esta ocasión la presencia de periodistas.
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