Los obispos alemanes entran en la campaña electoral con duras críticas al Gobierno
«Los obispos católicos hacen propaganda en favor de Strauss». Este título periodístico resume la impresión suscitada en un amplio sector de la sociedad de la República Federal de Alemania (RFA) por la carta pastoral de la Conferencia Episcopal alemana, que habrá de leerse el próximo domingo, 21 de septeimbre, desde todos los púlpitos de este país. Los prelados de la RFA han incluido una serie de críticas a la política económica del Gobierno, precisamente las mismas que atribuye a los social-liberales el partido democristiano. Por primera vez desde que existe la República Federal de Alemania, los supremos pastores de la Iglesia católica añaden acotaciones puramente políticas, sin especificar solución alguna, a la temática anterior, basada fundamentalmente en la denuncia de la legalización del aborto dentro de unos límites precisos y debilidad del Estado en la defensa de valores éticos generales.
Según los obispos, las elecciones generales del próximo 5 de octubre no sólo son un acontecimiento político, sino que también constituyen «una decisión ética en relación con los valores y objetivos que determinarán la línea política de los próximos años». En cuatro puntos de la carta pastoral se concentran las acusaciones episcopales contra los socialdemócratas y liberales: los partidos del Gobierno y este mismo no apoyan suficientemente el principio del respeto a toda vida humana en el período prenatal, particularmente desde la aprobación de la reforma del artículo 218 del Código Penal. Los socialdemócratas han respondido que el mismo artículo tampoco garantizaba de por sí, antes de la reforma, el respeto que los obispos echan de menos en el Gobierno federal.Los prelados atribuyen a éste y a la coalición social-liberal el estar destruyendo la base de la lnstitución familiar, al facilitar el divorcio con la correspondiente reforma.
Para la Conferencia Episcopal, el endeudamiento público del Estado no es la solución que necesitan los problemas económicos del país. Finalmente, los obispos elevan una enérgica protesta contra la actitud de los socialdemócratas, y del canciller Helmut Schmidt en particular, por su resistencia a admitir que el candidato conservador, Franz Josef Strauss, carece de la decisión de desarrollar una política de paz y distensión.
Sin nombrar a los candidatos ni mencionar partidos, la pastoral dice que «ningún partido democrático puede negar a otro la voluntad de conseguir la paz ni su capacidad de servirla mediante la política y la diplomacia».
Denuncia de la burocratización
Otra denuncia de los obispos, ésta muy concreta, va dirigida contra «la ampliación de las competencias del Estado y de la burocratización inherente a aquéllas».Como hace unos meses, en relación con el tema del aborto, el ministro federal de Justicia, Hans Vogel, se ha encargado de dar respuesta a la pastoral de los obispos con una larga serie de preguntas y varias citas del propio cardenal Josef Hoeffner, presidente de la Conferencia Episcopal alemana y presidente también de una comisión de obispos que estos días realizan una «visita fraterna y de peregrinación» a la República Popular de Poloriia, invitados por el cardenal Wlszinski.
El ministro echa de menos que en la carta pastoral no se especifique una solución para aliviar el paro que sustituya al endeudamiento público. No se apela en ningún momento ni a la solidaridad de los empresarios ni se cita la ayuda al desarrolla, los problemas de las relaciones Norte-Sur, la creciente animadversión contra los extranjeros en la RFA ni se alude a la «prueba de conciencia» que los coriservadores exigen se aplique a los objetores de conciencia, entre otras «lagunas».
El ministro recuerda que en el Sínodo Episcopal de Roma, celebrado en 1971, se establecieron como límites a la actividad pastoral aquellas «cuestiones de la política práctica cuya solución no viene dada claramente en el Evangelio. En este terreno, la Iglesia debe mantener una postura de cautela. Los socialdemócratas se han mantenido al margen de cuestiones internas de la Iglesia, y han guardado silencio, en cuanto partido, en relación con el «caso Kung», con las polémicas internas de la institución eclesial sobre el uso de anticonceptivos, celibato eclesiástico y asistencia pastoral a los divorciados.A las críticas del ministro se añadieron ayer las del canciller Schmidt, que pidió a los obispos, en una carta abierta, que se abstengan de recurrir a proclamas que benefician directamente a un candidato, y se limiten a sus funciones pastorales. «Ni el Antiguo ni el Nuevo Testamento incluyen recetas para solucionar la crisis económica», dice el canciller.
Falta de soluciones
Por su parte, el jefe del SPD, Willy Brandt, pide a los obispos que, ya que intervienen en relación con una temática puramente administrativa, ofrezcan soluciones a los problemas concretos que apuntan. El partido socialdemócrata recuerda, respecto a las «limitaciones de la libertad individual» a que aluden los prelados en su pastoral, que en 1969, y bajo el título «La Iglesia en una sociedad plural y en el Estado democrático de hoy», los obispos proclamaron que «en muchas esferas de la vida actual, y no en pocas ocasiones, debe quedar reducida la libertad individual en aras de la libertad de la mayoría».
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