La Orquesta de Pediatras Alemanes actuó en el Palau de Barcelona

Si la música es una saludable terapia, nadie en mejores condiciones para probarlo que los miembros de la Orquesta de Pediatras Alemanes, que interpretó el martes pasado, en el Palau de Barcelona, una serie de piezas de Beethoven, Brahms y Handel.Todos sus componentes, 76 en total, seis de ellos mujeres, son médicos o estudiantes de medicina, la mayoría especialistas en enfermedades infantiles. El director, Ed Melkus, violinista y profesor del Conservatorio de Viena, y la pianista son las únicas excepciones, los dos únicos músicos profesionales, aunque la pianista también está vinculada a la medicina por vía conyugal. Su marido es el primer violín. La Orquesta de Pediatras nació hace veinte años como grupo de cámara. Su existencia no representa un caso insólito ni extraño en la República Federal Alemana (RFA), país de gran tradición musical, donde la educación básica de los niños suele incluir el aprendizaje de algún instrumento y se fomentan a nivel familiar las aficiones musicales. Desde: entonces se ha ampliado hasta conseguir categoría sinfónica y ha grabado ya seis discos, cuyos beneficios permiten autofinanciar los gastos de desplazamientos.

Los médico-músicos residen en diferentes ciudades alemanas en las que ejercen su profesión y a la vez se dedican a la música como hobby, practicando en su casa o bien formando parte de algún grupo musical. Sólo una vez al año tienen ocasión de reunirse y tocar juntos, cuando se celebra el Congreso anual de Pediatría,

La notable calidad. que ofrecen sus interpretaciones resulta bastante insólita para un conjunto de aficionados, teniendo en cuenta, además, sus escasas horas de ensayo. El trabajo de los directores que contratan, excelentes profesionales que saben llevar el conjunto a sus máximas posibilidades, es en gran parte la clave de este brillante resultado.

El sábado pasado la Orquesta de Pediatras ensayó su actuación en el Teatro Real, de Madrid, ciudad donde estaba prevista este año la celebración del Congreso Mundial de Pediatría, lo que, por coincidir las fechas programadas con la Conferencia de Seguridad, ha resultado imposible.