El Partido Nacionalista Vasco proyecta regresar al Parlamento el próximo día 16

El Partido Nacionalista Vasco (PNV) podría hacer pública en los próximos días su decisión de retornar al Parlamento español, del que se ausentó en enero de este año, según pudo saber EL PAÍS ayer de fuente nacionalista muy cualificada. El tema del regreso al Parlamento español está siendo debatido por los órganos de dirección del PNV, y en los próximos días habría una decisión sobre el mismo.

«En principio», afirmó, «la tendencia general es favorable al retomo; hay bastante unanimidad en la idea de regresar cuanto antes». La fecha prevista para el regreso es la del próximo día 16, en la que Adolfo Suárez presentará ante el Pleno del Congreso su programa de Gobierno.Las expectativas ante el posible cambio en la situación política, que se espera tras la crisis y remodelación de Gobierno y la política de pacto, con la previsible ruptura del consenso de UCD y PSOE y el criterio de que en adelante debe ser el Parlamento vasco quien vele por el desarrollo íntegro del Estatuto, parecen ser las dos claves del replanteamiento de la estrategia peneuvista.

Parece que la clave de este cambio en la estrategia del PNV podría estar directamente relacionado con el nuevo cuadro político que puede proporcionar la crisis del Gobierno y un pacto parlamentario entre UCD y Convergencia Democrática de Cataluña.

«Nosotros», afirma la mencionada fuente del PNV, de toda solvencia, «nos retiramos del Parlamento en plena "luna de miel" de UCD con el PSOE. Para nada servía nuestra presencia allí y nos veíamos impotentes viendo cómo se atentaba contra el espíritu e incluso contra la letra del Estatuto. Ahora, presumiblemente el consenso no va a funcionar, por tanto es factible que la situación -política y el juego parlamentario sean más favorables que antes».

El dirigente nacionalista señaló que ante esta perspectiva su partido ve como «positivo» el regreso al Parlamento español. «Mantener ahora nuestra postura, que era defensiva, cuando la situación política es totalmente diferente, podría tornarse en ofensiva para nosotros mismos».

«Cuando nosotros abandonamos las Cortes», añade, «no había Parlamento vasco y nos sentimos Estatuto. Ahora existe un Parlamento, en el que está bien representado nuestro partido, que es quien, como representante legal de la mayoría del pueblo vasco, debe cumplir su misión de velar por el desarrollo fiel e integral del Estatuto».

Con respecto a la posible existencia de pactos con los centristas que hubieran movido al PNV a cambiar de actitud, la misma fuente nacioalista señaló «que no ha habido conversaciones con UCD», pero no negó los contactos con Convergencia Democrática.

Ocho meses de ausencia

El 18 de enero de este año, el PNV comunicaba oficialmente su decisión de retirarse del Parlamento español, en protesta por la paralización «grave e inconcebible» del traspaso de competencias al Consejo General Vasco, y, fundamentalmente, por su total desacuerdo con el contenido de varias leyes orgánicas, en diversos trámites previos a su aprobación, que consideraba «conculcaban escandalosamente las competencias atribuidas a la comunidad autónoma vasca por el Estatuto de Guernica».

Dichas leyes -se enumeraban en el comunicado- eran la del Consejo General del Poder Judicial, la de diversas modalidades de referéndum, la de Financiación de las Comunidades Autónomas, la de Autonomía Universitaria y la de Policías Autónomas. Alegaba el entonces presidente del PNV y del CGV, Carlos Garaikoetxea, con respecto al contenido de las mismas, que «el Gobierno había sufrido un lamentable olvido de sus compromisos con el partido en la negociación del Estatuto».

Entre discusiones sobre la existencia o no de compromisos entre el Gobierno y el PNV sobre las mencionadas leyes en la negociación del Estatuto, tema que levantó una larga polémica (Garaikoetxea llegó a retar a Suárez a un debate en televisión sobre el asunto), se llegó a las elecciones del 9 de marzo, en las que el PNV barrió, convirtiéndose en el partido hegemónico del País Vasco.

Al día siguiente de la consulta electoral, Carlos Garaikoetxea, al que se consideraba ya entonces virtual presidente del Gobierno vasco, recibía la llamada telefónica de Adolfo Suárez, que propiciaba el desbloqueo de las negociaciones entre el partido del Gobierno y el PNV por medio de una entrevista entre ambos.

Sin embargo, Garaikoetxea dejó bien claro desde el primer momento su deseo de no entrevistarse con Suárez en tanto no se solventase «en otras instancias» diferencias esenciales entre ambos partidos en materia de leyes orgánicas. Tras varios retrasos, las conversaciones entre Marcos Vizcaya y Pérez Llorca, negociadores por ambas partes, se iniciaron cuando se iba a debatir la ley de Financiación de Comunidades Autónomas en el Congreso. La aprobación en esta Cámara de la mencionada ley rompió las esperanzas de una solución rápida.

El optimismo de un rápido arreglo del contencioso renació tras la aprobación, en la Cámara alta, de una cláusula referida a la existencia de los conciertos económicos, y durante semanas se habló de la entrevista Suárez-Garaikoetxea como la piedra de toque para que aquél quedara zanjado. Sin embargo, las «diferencias» en las que Garaikoetxea justificaba los retrasos de su encuentro con Suárez parecieron crecer cuando la negociación de las primeras transferencias a la comunidad autónoma vasca encontró serias dificultades, fundamentalmente en el tema del funcionariado. El PNV, que no había acudido ni al debate parlamentario ni a la moción de censura socialista al Gobierno, permanece aún ausente de los escaños parlamentarios y el encuentro entre Carlos Garaikoetxea y Adolfo Suárez sigue siendo hoy, a la espera de la resolución de la crisis de Gobierno, una incógnita.